Arrancan las catas para comprobar si los terrenos de Repsol siguen contaminados
Durante toda la semana se realizarán zanjas de hasta cinco metros de profundidad para tomar muestras, tal y como exige la Junta
Francisco Jiménez
Martes, 17 de enero 2017, 01:01
Cuando José Antonio Luque se topó ayer con una máquina excavadora en los terrenos de Repsol mientras paseaba a su perro llegó a pensar que « ... por fin empezaban» los trabajos para que este enorme descampado salga del abandono en el que lleva inmerso desde que en el año 2000 fueron desmantelados los depósitos de petróleo. Nada más lejos de la realidad. Lo que comenzaron ayer fueron las catas para evaluar el nivel de contaminación de los suelos, un estudio que exige la Junta de Andalucía como condición previa antes de darle uso a esta parcela de 177.548 metros cuadrados cuyo destino sigue pendiente de que se resuelva el bloqueo institucional que impera en el Ayuntamiento ante la incapacidad de los cinco grupos políticos de zanjar el debate sobre sus usos. Es decir, si se deben mantener las torres de viviendas, equipamientos y un parque de 70.000 metros previstos inicialmente (como pretende el PP); destinarse toda la finca a la creación de un gran bosque urbano en una de las zonas más masificadas de toda Europa (PSOE, Málaga Ahora, IU-Málaga para la Gente y el edil no adscrito Juan José Espinosa); o adoptar una solución intermedia, que es lo que plantea Ciudadanos.
Como ya avanzó este periódico, el estudio ha sido asumido por la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), conocida como el banco malo y que posee un tercio de los derechos de edificabilidad de la finca (la torre más alta, de 34 plantas), en la que el Ayuntamiento es propietario de los otros tres rascacielos proyectados.
Los trabajos sobre el terreno, encargados a la empresa especializada Inerco, comenzaron ayer y se prolongarán durante toda la semana. La intención es hacer al menos medio centenar de excavaciones de hasta cinco metros de profundidad para abarcar toda la parcela y así tomar muestras y mandarlas al laboratorio para comprobar si existen restos de hidrocarburos. Dada la amplitud de la finca y de los análisis a realizar, el informe completo no estará listo antes de la próxima primavera. En este sentido, cabe reseñar que para evitar accidentes, se va actuando zanja a zanja, de forma que en cuanto se llega a la profundidad marcada y se recogen las muestras se vuelven a cerrar.
Normativa más exigente
Aunque los terrenos ya fueron limpiados de restos o residuos derivados de la actividad anterior en 2002 tras unos trabajos que fueron verificados por la Consejería de Medio Ambiente, la normativa actual es más exigente. De ahí que la Dirección General de Prevención y Calidad Ambiental de la Junta de Andalucía requiriera en febrero del año pasado al Ayuntamiento la presentación de un informe histórico para analizar la posible existencia de riesgos inadmisibles para la salud humana o los ecosistemas en función de los usos previstos.
En el caso de que se confirmen las sospechas que apuntan a la contaminación de los terrenos, el Consistorio estaría obligado a iniciar un proceso de declaración del suelo como contaminado y elaborar un plan de limpieza del subsuelo y su recuperación ambiental. Una situación que alargaría la incertidumbre que pesa sobre la parcela, además de conllevar un sobrecoste, puesto que estos trabajos podrían costar unos dos millones de euros. ¿Quién los pagaría? Desde la Sareb ya han advertido de que una cosa es financiar los sondeos (unos cien mil euros) y otra bien distinta la hipotética descontaminación del suelo. Desde el Consistorio, en cambio, prefieren aguardar al resultado de los análisis antes de abrir ese debate.
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