A prisión por intento de homicidio tras darle una paliza a su madre y retenerla seis días
La mujer, de 62 años, ingresó en el hospital con múltiples hematomas y contusiones causados supuestamente por los puñetazos que le propinó
Juan Cano
Martes, 10 de mayo 2016, 01:22
«O te tiras por la ventana o te mato». A la amenaza, en medio de una lluvia de golpes, le siguió otra: «Vete a ... la terraza que yo te ayudo a que te tires y luego me tiro yo». La víctima, una mujer de 62 años, declaró a la policía, que tras pegarle durante «un día completo», el sexto que la tenía retenida en su domicilio, su hijo se durmió «del cansancio» y ella aprovechó para escapar.
El presunto agresor, un hombre de 37 años, ingresó el sábado en prisión provisional acusado de darle una «brutal paliza» según destacó la propia policía en su informe a su madre. Los agentes le leyeron los derechos por los supuestos delitos de homicidio en grado de tentativa, detención ilegal y malos tratos en el ámbito familiar, según ha podido saber SUR.
La investigación del caso, que fuentes judiciales calificaron de «escalofriante» por el estado en el que quedó la mujer, empezó la madrugada del jueves, cuando la víctima se presentó acompañada de su hija en urgencias del Hospital Clínico. El parte médico detalla las dimensiones de la paliza: «Contusiones múltiples frontales, parietales en ambas órbitas con gran inflamación y hematomas, erosiones por arañazos en cara, frente y tórax, y contusión en hombro, mano y muslo izquierdos». El hospital envió una copia al juzgado de guardia.
Ese mismo día, por la tarde, la mujer fue citada en el Grupo de Homicidios de Málaga, que ha investigado el caso en colaboración con sus homólogos de la comisaría de Torremolinos-Benalmádena. Al ser preguntada por los investigadores, la víctima confesó que el autor de la agresión había sido su hijo mayor, el único con el que tiene problemas prácticamente desde que era un adolescente, motivados por el consumo de drogas.
Todo comenzó el 29 de abril, cuando él la llamó para que fuese a su casa a ayudarlo o «iría a buscarla». Ella obedeció y se desplazó a su piso. Mientras preparaba la comida y recogía el piso, el ahora detenido le cogió el bolso, le robó 40 años y se fue con sus amigos alegando que tenía el mono. La mujer se quedó allí terminando de limpiar hasta que su hijo regresó al día siguiente. A partir de ahí, permaneció en el domicilio hasta el miércoles de la semana pasada, actuando como su «esclava», por miedo a sus posibles represalias, según declaró.
Ese día llegó a marcharse de la vivienda, pero tuvo que regresar porque se había olvidado las gafas y las medicinas. Al volver, encontró a su hijo muy agresivo. Al parecer, la tiró sobre la cama, donde había esparcido la comida que ella cocinó, y comenzó a insultarla y a propinarle golpes con las manos y las piernas. La mujer intentó defenderse, pero los puñetazos y tirones de pelo «no cesaban».
Finalmente, la obligó a sentarse en una silla, donde le siguió dando golpes y la intimidó con un cuchillo de grandes dimensiones mientras miraba un reloj y señalaba cuál iba a ser «el destino de su vida». Cuando él se quedó dormido, aprovechó para huir del piso y llamar a su hija, que fue a recogerla y la llevó al hospital. Horas más tarde, su hijo era detenido.
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