Burger King abrirá un restaurante en Muelle Uno y otro en la calle Alcazabilla

El primero que abrirá sus puertas será el ubicado en la zona comercial del Puerto de Málaga. El negocio, que ya se encuentra en obras, se ubicará en la plaza de las Palmeras, cerca del Museo Pompidou, y prevé su apertura para el próximo 30 de diciembre. Según detallan desde la empresa, el recinto tendrá un diseño industrial y será el primero de la provincia en contar con la nueva imagen corporativa.

Junto a esta apertura, Burger King abrirá un segundo negocio en pleno Centro de la capital, en la calle Alcazabilla junto al Teatro Romano. Este nuevo negocio, que aún no tiene fecha de apertura pero se espera para principios del próximo año, sustituirá a la cafetería Teatro Romano, que ya ha cerrado sus puertas. Ambos proyectos se encuentran pendientes de los correspondientes trámites administrativos en el Ayuntamiento.

Desde la empresa Megafood han detallado que darán empleo a unas 40 personas (20 en cada centro) y que para el proceso de selección priorizarán a las personas de la capital «para disminuir el desempleo en la zona». Para los interesados en contactar con ellos han habilitado dos formas de comunicación:a través de la página web megafoodsa.com o en el correo electrónico enviatucv@megafoodsa.com.

Los responsables de la cadena aseguran haber escogido estas ubicaciones por el gran paso de turistas que tienen y porque estaban buscando zonas emblemáticas de la capital. Además, también trabajan en nuevas aperturas para el próximo año en diferentes localidades de la provincia que aún tienen por cerrar. Con las nuevas inauguraciones, Megafood, que es el franquiciador en exclusiva para el sur de España, tendrá medio centenar de restaurantes en la Comunidad.

Renta antigua

Para la apertura del negocio en la calle Alcazabilla, la empresa va a ocupar un local que estaba afectado por el fin de la renta antigua y que se ha visto obligado a echar el cierre. En concreto abrirá donde se encontraba la cafetería Teatro Romano, que llevaba 25 años abierta en la céntrica vía. Su antiguo propietario, José Contreras, asegura haber dejado el local a finales de noviembre tras alcanzar un acuerdo con la propiedad a fin de evitar el juicio pendiente.

Aún con nostalgia, confiesa que desde que cerraron las puertas prefiere no pasar por la zona y lamenta que el propietario del edificio no le dejara seguir trabajando hasta después de las navidades. «Ha sido muy duro porque en el negocio estaba toda mi familia y ahora no quieren ni hablar del tema», resume. Sin embargo, él ya está viendo locales para abrir un nuevo negocio con ese mismo nombre «ya que hay muchos clientes esperando».

Con el cierre de la cafetería, la familia Contreras se ha visto obligada a despedir a siete empleados que trabajaban en el negocio. Aunque no era la época en la que tenían más empleados, recuerda que los mejores momentos los vivieron tras la peatonalización de la calle. «Al principio pasaban los coches y era muy complicado trabajar, pero cuando mejoraron la zona pudimos vivir años muy buenos». El cierre ha coincidido con la jubilación de su madre, por lo que espera darle un giro al futuro negocio que monte. «A ver si hay suerte y es pronto», dice esperanzado.