Una mujer cae desde una quinta planta al intentar entrar en su casa y sólo se rompe una pierna
La víctima, que permanece ingresada en el Hospital Clínico para ser operada, se precipitó al vacío cuando intentaba acceder a su piso por una ventana
Juan Cano
Miércoles, 16 de diciembre 2015, 16:21
«Ha sido un milagro». Era la expresión que se repetía ayer en cualquier rincón de la barriada de García Grana donde se preguntara por ... el suceso. Y no era para menos. Una mujer de 42 años que al parecer intentaba entrar en su piso por una ventana se precipitó desde una quinta planta... Y sólo se rompió una pierna.
El suceso ocurrió a las once de la mañana. A Ángeles Serrano, la vecina del bajo D del número 3 de la plaza de la Biznaga, le pilló cocinando la comida del mediodía. «Escuché un golpe fuerte en el patio y pensé que se habían caído las sillas (metálicas). Al asomarme, la vi a ella tirada en el suelo». La reconoció al instante. Era Belén, la vecina del quinto. «Fui rápidamente a llamar a la policía y a los servicios de emergencias», relata la mujer, que también tuvo que ser asistida al sufrir un desmayo por la impresión que se llevó.
La víctima había caído desde la quinta planta cuando, según contó, intentaba entrar a su vivienda por una ventana, ya que su pareja no se encontraba en esos momentos en el domicilio. «No es la primera vez que lo hace; de hecho, en más de una ocasión, al verla, le dijimos que se iba a matar», cuenta otra de las vecinas del bloque. «Parece que se subió en una silla de madera, perdió el equilibrio y cayó al vacío», apunta otra residente en el edificio.
Gritos en el ojo patio
A Belén le salvaron la vida los tendederos. Destrozó el de Tamara, la vecina del segundo, que escuchó los gritos que venían de la planta de abajo y vio «los pelos» enganchados entre la ropa. «Todavía estoy desquiciada de los nervios que ha pasado al verla en el suelo», dice. También le ayudaron las cuerdas para tender instaladas en la primera planta, que quedaron destrozadas. Entre ambas, amortiguaron la caída y, seguramente, evitaron un trágico desenlace. Belén, al precipitarse al vacío, rompió el termo eléctrico de Ángeles, el farol que ilumina su patio y varias macetas.
En el barrio nadie daba crédito a que la mujer no sólo salvara la vida, sino que fuese evacuada consciente. «Yo la vi cuando (los sanitarios) se la llevaban al hospital y estaba hablando», comenta la cuñada de Belén. «Tenía muy mal la pierna, y sangraba por un oído», apunta una hija de Ángeles, que acudió corriendo a la casa de su madre al enterarse de lo ocurrido.
La víctima fue evacuada por el 061 al Hospital Clínico, donde se activó el protocolo establecido para los heridos por traumatismos en accidentes. Ingresó directamente en la unidad de cuidados críticos, (UCI) pero pronto pasó al área de observación de urgencias, una vez que se descartaron otras lesiones internas. Fuentes sanitarias informaron ayer de que la paciente presentaba una fractura abierta en una pierna y, a priori, no se temía por su vida. No obstante, debía someterse a una intervención quirúrgica y estaba previsto que, posteriormente, fuese trasladada a planta.
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