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Uno de los frontones laterales de Notre Dame, con los bomberos que investigan su estado. AFP
Los técnicos afrontan el reto de evitar derrumbes en Notre Dame

Los técnicos afrontan el reto de evitar derrumbes en Notre Dame

Con la financiación asegurada tras recibir casi mil millones en donativos, el Gobierno anuncia un concurso para rediseñar la aguja

paula rosas

Corresponsal. París

Miércoles, 17 de abril 2019

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En apenas dos días, los donativos para reconstruir Notre Dame se acercaban ayer a los mil millones de euros; Disney ha sido la última compañía en anunciar una aportación de 4,4 millones. Con la financiación asegurada, el desafío inmediato es evitar que en las próximas horas puedan producirse derrumbes. El reto es mayúsculo. Los frontones laterales van a tener que ser desmontados piedra a piedra, el enorme andamio instalado para la restauración ha quedado deformado y el riesgo de que las inclemencias del tiempo dañen aún más una estructura debilitada inquieta a las autoridades, que ayer se mostraban prudentes. A corto plazo, urge impedir que la bóveda se venga abajo.

La reconstrucción, sin embargo, está garantizada. Ayer, el Gobierno francés anunció un concurso internacional para rediseñar la aguja. Ha llegado el momento de reflexionar sobre cómo se va a reconstruir la catedral, y el concurso servirá para que expertos aporten ideas sobre si la aguja debe volver a levantarse, si debe ser una copia de la que en el siglo XIX erigió Viollet-le-Duc o si, por el contrario, se dota a Notre Dame «de una aguja adaptada a las técnicas y desafíos de nuestra época», dijo ayer el primer ministro, Édouard Philippe.

Antes hay que apuntalar y desescombrar. «Hay una amenaza sobre los frontones, que corren el riesgo de desplomarse», informó el portavoz de la brigada de bomberos de París, Gabriel Plus. Con la desaparición del tejado, los frontones -o piñones- se sostienen sin apoyo, en una estabilidad precaria y sometidos al empuje del viento. Para aligerarlos de peso, se han retirado dos esculturas que los coronaban. Otro de los grandes retos es desmontar el gigantesco andamio. Su derrumbe sería fatal para la bóveda, abierta ya por el desplome de la aguja. Los técnicos deben decidir cuál es la forma más segura de quitarlo.

Fue en la base de la aguja donde los investigadores creen que empezó el incendio. El testimonio de dos guardias de seguridad, los primeros en llegar al lugar, ha sido determinante y hace sospechar que el fuego pudo deberse a un cortocircuito, quizás en los ascensores del andamio. Por el momento, es una hipótesis. Otras, como que las llamas procedieran de una chispa de soldadura, han sido descartadas.

Los bomberos hicieron ayer un relato detallado de su lucha desesperada contra el fuego. Una decisión fue dolorosa, pero crucial. Cuando las llamas se habían propagado por la mayor parte del tejado y era ya irrecuperable, los esfuerzos se centraron en combatirlas en las dos torres. Si el edificio se mantiene en pie, aseguraron, es gracias a que se salvaron los torreones. «Si perdíamos la guerra de las torres, perdíamos la catedral porque habría habido un derrumbe en cadena», explicó el teniente coronel José Vaz de Matos. Hoy, frente al Ayuntamiento, se celebrará un homenaje a los salvadores de Notre Dame.

Unos 60 ténicos trabajaban ayer en el templo. Una empresa especializada empezó por la mañana a retirar los escombros y los restos del armazón de madera que sujetaba el tejado y que, tras ser pasto de las llamas, cayeron sobre la bóveda. Su peso hace peligrar esta estructura.

Obreros especializados

Una vez superados todos estos obstáculos, llegará el momento de la restauración. ¿Cómo levantar un edificio medieval con obreros del siglo XXI? Conscientes de que en Francia no existe suficiente mano de obra especializada en técnicas casi en desuso como la talla en piedra, las asociaciones gremiales contratarán a partir de septiembre a 150 aprendices de carpintero, 100 de talla en piedra y 200 de techadores.

El Gobierno también anunció que se va aprobar una ley específica para gestionar los millonarios donativos prometidos. La ley servirá de marco y permitirá regular los beneficios fiscales para los donantes. Las ofrendas de hasta 1.000 euros se beneficiarán de una exención fiscal excepcional del 75% y, a partir de ahí, se mantiene la norma actual del 66%.

La ley de mecenazgo francesa es una de las más generosas del mundo y la lluvia de millones anunciada por las grandes fortunas ha sido criticada por algunos sectores de la izquierda que ven en esas ofertas una trampa en la que acabará pagando los contribuyentes. Para evitar polémicas, François-Henri Pinault, a la cabeza del grupo Kering, que había prometido un donativo de 100 millones, ha anunciado que renuncia a las exenciones fiscales.

Philippe Villeneuve, con el gallo en brazos. @chanutj/Twitter

El gallo que renació de las cenizas

Era el 'pararrayos espiritual' de Notre Dame. El gallo, símbolo de Francia, que velaba desde las alturas de la aguja de la catedral por los feligreses, se hundió, impotente, el lunes hasta las entrañas del templo. Había pocas esperanzas de recuperarlo y los restauradores estaban convencidos de que se habría fundido durante el incendio. Pero, como el Ave Fénix que renace de sus cenizas, el gallo ha sido encontrado entre los escombros del templo. Abollado, eso sí. Pero recuperable.

El Ministerio de Cultura ha confirmado la información que adelantaba en Twitter, eufórico, el presidente de la federación francesa de constructores. «Está abollado, pero parece restaurable. Como está hundido, no hemos podido aún verificar si las reliquias siguen dentro», señalaron desde el ministerio al diario 'Le Parisien'. El gallo no solo decoraba la flecha, sino que servía asimismo de relicario y albergaba un supuesto trozo de la corona de espinas que los romanos pusieron a Jesucristo, así como reliquias de Santa Genoveva y San Denis.

Apenas una hora después de que se iniciara el incendio, la aguja del siglo XIX obra de Eugène Viollet-le Duc, que se había convertido en una auténtica antorcha de 93 metros, se desplomaba sobre la nave central de la catedral, una imagen que los franceses llevarán grabada en su memoria durante mucho tiempo. Por suerte, «durante la caída el gallo se desprendió y cayó en un buen sitio, sobre una de las naves laterales, quizás sobre el adarve, en cualquier caso fuera del foco del incendio», aseguran desde Cultura.

El feliz descubrimiento lo hizo Philippe Villeneuve, el arquitecto jefe de las obras de restauración de Notre Dame, confirmaron a este diario desde su oficina, y que no se ha separado del templo desde la noche del incendio. Las imágenes que se han compartido en las redes sociales del gallo muestran la escultura, reverdecida por el paso del tiempo y la intemperie, con su pico abierto y sus alas desplegadas, una de ellas aplastada por la caída.

«Muy simbólico»

Tras la construcción de la aguja, inaugurada en 1859, fue el cardenal Verdier, arzobispo de París, quien decidió colocar las reliquias santas en el interior del gallo el 25 de octubre de 1935 para proteger a los parisinos, a modo de 'pararrayos espiritual'. De momento no ha podido verificarse si los restos, de gran importancia religiosa, siguen dentro y, en ese caso, si han sufrido daños.

El ave, modelada en cobre repujado, se unirá probablemente a las esculturas de los doce apóstoles y los cuatro evangelistas que fueron desmontadas la semana pasada y que están siendo restauradas en Borgoña por la empresa Socra. Su presidente, Patrick Palem, que se esperaba lo peor, celebraba ayer la noticia de la recuperación del gallo en el canal de televisión BFM. «No sabemos aún en qué estado se encuentra, pero es muy simbólico».

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