Gauck, el presidente alemán que devolvió el lustre moral al cargo

Este antiguo pastor luterano de 76 años, bregado en la lucha contra el comunismo en la Alemania oriental, apostó por el pragmatismo en la crisis de los refugiados, distanciándose de la canciller Angela Merkel, a la vez que cargó sin matices contra el actual auge de la ultraderecha.

Sin miedo a lo políticamente incorrecto y a los populismos, señaló que la capacidad de acogida de su país era "limitada" cuando aún perduraba la política de puertas abiertas de Merkel, y condenó con contundencia los ataques a centros de refugiados, tachando a la ultraderecha de "Alemania oscura".

Gauck fue además el primer cargo institucional alemán en condenar el genocidio armenio por el Imperio Otomano, ignorando la indignación de Ankara, y en apuntar que Berlín debía asumir su responsabilidad internacional incluso mandando tropas al extranjero, dejando atrás una contención fruto de la mala conciencia del pasado.

Dos dimisiones polémicas

Elocuente y locuaz, con el regusto de años de púlpitos en su tono de voz, Gauck ha sabido devolver a la presidencia -un cargo eminentemente representativo- su antiguo lustre, tras las polémicas dimisiones de sus dos antecesores.

Jürgen Köhler (2004-2010) dejó el puesto por sorpresa, tras la controversia que generaron una declaraciones en las que ligó la presencia militar alemana en Afganistán a los "intereses económicos" del país, y Christian Wulff (2010-2012) dimitió tras destaparse una serie de escándalos de corrupción y amiguismo. Además, también frente a lo sucedido en estos últimos dos casos, Gauck fue elegido por consenso, después de que los conservadores de Merkel aceptasen respaldar a un candidato al que inicialmente habían promovido el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes, lo que consolidó una aplastante e inusual mayoría.

Era ya una cara conocida en Alemania antes de acceder al cargo por su activismo democrático en la RDA, pero también por haber sido parlamentario por Los Verdes y hasta presentador en televisión. No obstante, el mayor reconocimiento le llegó por su década al frente del organismo encargado de desmantelar la Stasi, la policía política de la RDA, y conservar su archivo, lo que le valió el aplauso del pueblo alemán y de los partidos, además de la Gran Cruz Federal al Mérito, la máxima condecoración del país, en 2000.

La biografía de Gauck arranca en Rostock (norte de Alemania), donde nació en enero de 1940; tras estudiar teología, ejerció como pastor luterano entre 1965 y 1990. En 1959, durante sus estudios, se había casado con su compañera Gerhild, con quien tuvo cuatro hijos y de la que no se ha divorciado a pesar de que se separaron en 1990 y de que desde 2000 vive con la periodista Daniela Schadt, que ha ejercido como primera dama.

Los años de la RDA

Durante los años de la RDA, participó activamente en varios movimientos cívicos de oposición al régimen comunista -entre ellos el Nuevo Foro, del que fue fundador en 1989- y abogó siempre por una transición política pacífica. En 1990 se sumó a la Alianza-90 como representante de movimientos ciudadanos, y el 18 de marzo de ese año fue elegido diputado de Los Verdes/Alianza-90 en el parlamento de la RDA, en las primeras elecciones libres del país.

En ese parlamento presidió la comisión encargada de controlar el desmantelamiento de la Stasi, la antigua policía política, un asunto tremendamente sensible y en 1990, tras aprobarse el Tratado de Reunificación, fue propuesto como encargado especial para la organización de los archivos de la Stasi.

En 1991, tras la reunificación, fue nombrado por el canciller, Helmut Kohl, director del departamento federal para la tutela de los archivos de la Stasi, que llegó a conocerse como "Oficina Gauck", cargo para el que fue reelegido en 1995. Bajo su mandato, en enero de 1992 se abrieron los archivos (112 kilómetros de actas, 39 millones de archivos, 1,4 millones de fotos, 164.000 grabaciones y 7.800 disquetes) y desde entonces este departamento atiende consultas de ciudadanos, instituciones y medios.