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El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. EFE
Ucrania y los separatistas de Donbass acuerdan recuperar la tregua de 2020

Ucrania y los separatistas de Donbass acuerdan recuperar la tregua de 2020

rafael m. mañueco

Corresponsal. Moscú

Jueves, 23 de diciembre 2021, 20:56

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El servicio de prensa de la delegación ucraniana en el grupo de contacto creado a tenor de los acuerdos de paz de Minsk de 2015, ha señalado que la nueva tregua alcanzada entre Kiev y los separatistas de Donetsk y Lugansk (Donbass) «suscita un optimismo moderado de cara a desbloquear el proceso de paz».

El miércoles, el jefe de la oficina de la Presidencia de Ucrania, Andriy Yermak, dijo que «todas las partes dentro del grupo de contacto acordaron volver al cumplimiento total del alto el fuego en Donbass y las Fuerzas Armadas ucranianas se han comprometido a respetarlo estrictamente». Yermak informó a través de Facebook de que el miércoles «tuvo lugar la última reunión del Grupo de Contacto Trilateral de este año, lo que nos permite abrigar un optimismo moderado sobre una posible desescalada de la situación en Donbass y el desbloqueo del proceso de paz».

Durante el encuentro, subrayó Yermak, «se llegó a un entendimiento general sobre la necesidad de reanudar el régimen de alto el fuego en el marco de las medidas acordadas el 22 de julio de 2020». Las conversaciones se celebraron bajo la supervisión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

El martes, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que las conversaciones para lograr el alto el fuego estaban siendo «difíciles». Moscú, por su parte, expresó el deseo de que la tregua incluya además un intercambio de prisioneros y la apertura de los puestos de control.

En abril de 2014, las autoridades ucranianas lanzaron una operación militar contra las autoproclamadas República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk para impedir su secesión. Ambos territorios se declararon independientes alentados por Rusia tras la caída del entonces presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich.

La ayuda de Moscú, que envió armas, mercenarios y hasta militares en la reserva, hizo que estallara una guerra con un balance de 13.000 muertos, según la ONU.

Hubo dos intentos en Minsk de detener las hostilidades con la mediación de Alemania y Francia, el segundo tuvo lugar en febrero de 2015 y terminó con la actual redacción de los acuerdos de paz. Ya antes, en junio de 2014, con motivo del aniversario del desembarco aliado, el entonces presidente francés, François Hollande, invitó a sus homólogos ruso, Vladímir Putin, y ucraniano, Petró Poroshenko, en un intento fallido de parar la guerra. Se creó entonces el llamado Grupo de Normandía (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania), del que ahora pretende también formar parte Estados Unidos.

«Estoy satisfecho de que los participantes hayan expresado su sólida determinación de respetar plenamente las medidas para reforzar el acuerdo de alto el fuego del 22 de julio de 2020», manifestó a través de un comunicado el finlandés Mikko Kinnunen, representante de la OSCE y mediador en el conflicto, tras el acuerdo alcanzado el miércoles. Y es que las actuales tensiones con Rusia realzan el significado de una tregua en este momento. Según Kinnunen, «es muy importante para la gente que vive a ambos lados de la frontera».

Desde que estalló la contienda en Donbass, muchas han sido las treguas acordadas y también su incumplimiento sistemático. La de julio de 2020 fue la más larga de todas. Hace ahora poco más de un año, Zelenski habló de la «radical disminución» de los enfrentamientos en la línea de «contacto» que separa a las tropas ucranianas de las fuerzas separatistas de Donbass. Señaló entonces que «el número de ataques armados se redujo cinco veces, las bajas mortales entre militares, diez veces, y la cifra de heridos, también diez veces». Aseguró que «hace un año, perdíamos a uno de nuestros militares cada 72 horas como promedio. Ahora pasan semanas, meses sin que haya muertos y heridos».

Sin embargo, aquel dilatado armisticio tocó también a su fin. El pasado mes de febrero ya estaban otra vez a tiros. Dos meses después, en abril, se reanudaron las conversaciones para tratar de parar las hostilidades, pero sin ningún resultado. A finales de aquel mes, la OSCE emitió una nota de prensa informando de que «lamentablemente, no se ha logrado ningún acuerdo«.

En estas conversaciones interviene como mediador ruso, el ex presidente de la Duma (Cámara Baja del Parlamento ruso), Borís Grizlov. La falta de consenso ha llevado a que el goteo de muertes continúe. La adquisición de drones turcos por parte del Ejército ucraniano fue uno de los motivos por los que Rusia procedió a desplegar un imponente dispositivo bélico junto a la frontera con Ucrania.

Moscú acusa a Kiev de no cumplir los acuerdos de Minsk y de haber enviado a Donbass la mitad de todas sus tropas. A principio de mes, Putin denunció la discriminación que, según él, sufre la población de Donbass. «Es el primer paso hacia el genocidio», alertó. Sin embargo, Washington advirtió el miércoles que «Rusia continúa la escalada y no ha parado de reforzar su presencia militar» en la frontera con Ucrania.

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