Trump se encuentra con sus fantasmas en Escocia
Las autoridades locales se preparan para el mayor despliegue policial desde el funeral de Isabel II por la llegada este viernes del presidente estadounidense, al que aguarda una convocatoria de protestas
«Donald Trump viene a Escocia. Muchos de nosotros pensamos que no debería tener una cálida bienvenida y planeamos que se oigan nuestras voces: No ... queremos en Escocia ni a Trump ni al trumpismo». Así empezaba la convocatoria para las protestas que aguardan al presidente estadounidense este fin de semana en Aberdeen y Edimburgo.
Cuando el Air Force One aterrice en Prestwick este viernes por la noche, comenzará un viaje cargado de símbolos, nostalgia y polémica. Se diría que al mandatario le viene bien para escapar del fantasma del caso Epstein, que en las últimas dos semanas le persigue sin descanso, pero su equipo ya lo invocó cuando expulsó del cuerpo de prensa del viaje al periodista del diario 'The Wall Street Journal' «por conducta difamatoria», en represalia a la publicación de una información que vincula al presidente con el financiero acusado de prostituir a menores.
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Ese golpe sobre la mesa marca otra vuelta de tuerca en la presión oficial de la Casa Blanca para controlar el discurso de la prensa, equiparable a la decisión de prohibir la entrada de Associated Press en el Despacho Oval por seguir llamando al Golfo de México por su nombre -en lugar de 'Golfo de América', como lo rebautizó en su primer día de gobierno.
Se juntan así algunas de las reclamaciones de los manifestantes, que le acusan de «silenciar a sus críticos, socavar el poder judicial, las instituciones académicas y los medios de comunicación». El llamamiento a «resistir las políticas de odio, división y autoritarismo de Trump» ha provocado el mayor despliegue policial en Escocia desde el funeral de Isabel II, según ha dicho la propia Policía escocesa.
«Seamos claros: esta es una visita privada de un jefe de Estado para jugar al golf. Y estamos sacando a 1.500 agentes -aproximadamente un tercio del tamaño de una fuerza policial promedio en Inglaterra y Gales- de sus funciones habituales para apoyarla», explicó Tiff Lynch, presidenta nacional de la Federación de Policía de Inglaterra y Gales, al periódico 'The Independent'.
Para este masivo operativo policial se han movilizado entre 5.000 y 6.000 agentes escoceces y un millar del Reino Unido, con largos turnos, control del espacio aéreo, cierres de rutas y despliegues continuos. Y con todo ha hecho falta pedir refuerzos a Irlanda del Norte.
«Gran acuerdo comercial»
En el Gobierno británico nadie quiere que las protestas se escapen de las manos y desaten la furia del presidente estadounidense, amén de la responsabilidad que supone proteger a quien ya ha sido víctima de dos intentos de asesinato. Políticos y hombres de negocios aprovecharán su estancia de cuatro días en el país de sus raíces maternas para hacerse con su oído mientras juega al golf. El primer ministro británico, Keir Starmer, probablemente trate con él en Aberdeen o en alguna de sus propiedades los detalles del «gran acuerdo comercial» entre los dos países, aún sin firmar. Por su parte, el jefe del Ejecutivo escocés, John Swinney, que hasta ahora ha sido diplomático pero distante, buscará promover los intereses escoceses, especialmente el comercio del whisky.
El motivo de este viaje privado es la inauguración de un nuevo campo de golf de 18 hoyos, el 'MacLeod Course', en su resort de Aberdeenshire, bautizado en honor a su madre, Mary Anne MacLeod. Nacida en 1912 de una familia de pescadores en la isla de Lewis, emigró a EE UU como empleada doméstica y se convirtió en ciudadana estadounidense al casarse con Fred Trump. Su figura ha sido una constante en el relato sentimental del magnate, que tuvo con ella una relación compleja. Se la conocía por su porte dramático, sus elaborados peinados, y el gusto por lo teatral. Según reconoció él mismo en su libro 'El Arte del Trato', heredó de ella su 'showmanship', o habilidad para atraer la atención con grandes espectáculos. En sus dos investiduras usó su Biblia familiar y la ha presentado en campaña como símbolo de sus raíces «trabajadoras, humildes y cristianas».
Triunfar en el hogar de su madre y plantar el apellido Trump en letras doradas sobre los verdes riscos de Escocia es una forma de reclamar el honor familiar con una vuelta triunfal al lugar que la vio partir, pobre y sin estudios. El nuevo campo de golf se suma al ya existente, 'Trump International Golf Links', inaugurado en 2012 tras una agria batalla legal y medioambiental con vecinos, ecologistas y parlamentarios escoceses. Su otro templo deportivo, 'Trump Turnberry', en Ayrshire, de 45 hoyos, lo adquirió en 2014 por más de 60 millones de dólares (51 millones de euros) y lo remodeló hasta convertirlo en el buque insignia de su marca de lujo en Europa.
Allí se alojó también durante su primer mandato en julio de 2018, después de una visita oficial al Reino Unido, donde fue recibido con una gran pancarta que rezaba: «Resiste al Racista». Aquel viaje fue una coreografía de poder para supervisar sus propiedades y ofrecer declaraciones entre hoyo y hoyo. Al día siguiente cruzó a Helsinki para su polémica cumbre con el presidente ruso, Vladímir Putin, con el que mantuvo una reunión de más de dos horas sin asesores, en un momento en el que se le acusaba de haber contado con su ayuda para ganar las elecciones. Escocia fue su sala de espera para un giro geopolítico que ha consolidado en este segundo mandato.
Trump volvió a Escocia con menos publicidad en 2020, ya en plena campaña, sin apariciones públicas ni cobertura oficial, pero se repitieron las protestas y se consolidó como una figura profundamente divisiva. Sus inversiones han generado riqueza, empleo y turismo, pero también indignación, resistencia y rechazo. La construcción de su campo en Menie arrasó un sistema de dunas considerado de interés nacional. Varios residentes se negaron a vender sus casas, y uno de ellos, el granjero Michael Forbes, se convirtió en ícono de la oposición, retratado en el documental 'You've Been Trumped' como el David que desafió al Goliat inmobiliario.
Este año, colectivos como 'Stop Trump Coalition' y grupos estudiantiles han añadido a sus movilizaciones de Edimburgo y Glasgow una imagen de Trump junto a Jeffrey Epstein, colocada frente a la Embajada de EE UU en Londres. El caso que ha querido enterrar le perseguirá a ambos lados del Atlántico, por lejos que vuele, porque si de algo puede presumir Escocia es de espectros y leyendas tenebrosas.
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