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Alex Jones (centro) se unió a los partidarios del presidente estadounidense Donald Trump durante el asalto al Capitolio. José Luis Magaña / AFP
Un locutor negacionista deberá pagar 1.000 millones de euros por difundir que la matanza de Sandy Hook fue un montaje con actores

Un locutor negacionista deberá pagar 1.000 millones de euros por difundir que la matanza de Sandy Hook fue un montaje con actores

Veinte niños y seis adultos fueron asesinados en la masacre de este colegio de Connecticut registrada en 2012

mercedes gallego

Corresponsal. Nueva York

Jueves, 13 de octubre 2022, 10:43

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En Turquía la difusión de 'fake news' puede costar hasta tres años de prisión. En Estados Unidos, más de 1.000 millones de dólares. Eso es lo que tendrá que pagar el presentador de radio Alex Jones a los familiares de la matanza de Sandy Hook (Newtown, Connecticut) por haber pasado años acusándolos de ser «actores» contratados por el Gobierno de Obama con el objetivo de justificar la confiscación de los más de 300 millones de armas que andan sueltas por el país.

Ni Obama sacó adelante ninguna de las leyes con las que intentaba al menos limitar la circulación de los rifles automáticos de asalto militar que caen en manos de jóvenes desequilibrados, ni los padres de los 20 niños de entre 6 y 7 años que murieron en clase el 14 de diciembre de 2012 han podido olvidar el dolor de ese día. Jones y las teorías de la conspiración que difundió a través del canal de ultraderecha InfoWars no se lo han puesto fácil. Sus seguidores les han hostigado y acosado incluso a la puerta de sus casas. Algunos tuvieron que mudarse de casa, otros decidieron enfrentarle como mejor se hace en Estados Unidos, a golpe de demanda civil.

La primera que ganaron algunos de estos familiares fue de 4,1 millones de dólares, a la que se sumó en agosto pasado en un Tribunal de Texas, donde está establecida la empresa, otra sentencia por 45,2 millones, que los abogados de Jones todavía apelan. Ya entonces Jones se había declarado en quiebra a sí mismo y a su empresa, Free Speech System, bajo cuyo paraguas opera InfoWars. Buena cosa, porque el jurado de Connecticut que se pronunció el miércoles ha sumado a esas 'pequeñas' cantidades la friolera de 965 millones de dólares, y no será la última.

«Si estas familias se creen que van a cobrar un duro, van listas», decía el presentador por radio a la hora en la que las cámaras recogían a los padres rompiendo en lágrimas al escuchar el veredicto. Y es que lo que más les importa no es el dinero, sino dejar de escuchar a conspiradores sin escrúpulos acusarles de fingir su dolor y falsificar la muerte de sus propios hijos. «Habrá otros Alex Jones en el mundo, pero hoy se les ha mandado un poderoso mensaje de que tendrán que rendir cuentas», declaró ante las cámaras al salir del juzgado Erica Lafferty-Garbatini, hija de la directora de la escuela, abatida también por los disparos de Adam Lanza.

Una condena histórica

Al no sufrir consecuencias por sus mentiras sobre esta matanza, el conspiracionista en jefe de la ultraderecha estadounidense, que también empezó en su día las del 11-S, repitió la teoría de la escenificación al año siguiente con algo mucho más gordo, los atentados de la maratón de Boston, donde los hermanos Tsarnaev dejaron las calles de la ciudad teñidas de sangre. Por ellas se despedazaban tres muertos y 280 heridos, de los cuales al menos 14 sufrieron la amputación de brazos o piernas. Todos ellos eran, según Jones, actores. Con fotografías falsificadas que se hicieron virales por las redes, apuntó a militares en la escena que habrían falsificado las explosiones.

Puede que las familias de Sandy Hook nunca vean un duro, como les ha prometido, pese a estar recaudando dinero entre sus seguidores para pagar por la condena, pero lo que es seguro es que todo lo que Jones amase legalmente en su vida acabará en manos de sus víctimas. Se trata de una de las mayores indemnizaciones por difamación que se hayan dado en la historia de Estados Unidos, calculada acorde con el escandaloso número de seguidores que le ha proporcionado y los beneficios potenciales que ha sacado de ellos.

Alex Jones, de 48 años, llevaba mucho tiempo intoxicando las redes sociales con sus conspiraciones, pero saltó a la fama en 2016 cuando uno de sus seguidores más fieles, Donald Trump, se convirtió en presidente. «Es un día muy, muy, muy negro para la libertad de expresión», lamentó su abogado a la puerta de los juzgados. Lo cierto es que «la verdad importa», replicó Lafferty entre lágrimas.

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