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El embajador de EE UU ante la Unión Europea, Gordon Sondland, durante su declaración ante el Congreso. Reuters
La presión a Ucrania siguió órdenes de Trump

La presión a Ucrania siguió órdenes de Trump

El presidente ofrecía a Zelenski ir a la Casa Blanca si le daba trapos sucios de los Biden, declara el embajador de EE UU antes la UE

mercedes gallego

Corresponsal. Nueva York

Miércoles, 20 de noviembre 2019, 19:26

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El testimonio del embajador de EE UU ante la UE, Gordon Sondland, era el más esperado de los que conforman las audiencias públicas del 'impeachment' y no defraudó. Sondland es el único de los citados que no es diplomático de carrera sino un empresario hotelero amigo de Trump que obtuvo el cargo tras donar un millón de dólares a su investidura y habla con él «con palabras de cuatro letras», bromeó. Tres, en inglés, para este caso: Volodímir «Zelenski adora tu culo (ass)», le dijo al presidente en una llamada telefónica, delante de otros diplomáticos.

Zelenski es el mandatario ucraniano al que el Gobierno de Trump presionó para que investigase a Hunter Biden, hijo de su enemigo político, Joe Biden, además de las teorías de la conspiración difundidas por Rusia sobre las elecciones de 2016. Para un trabajo tan sucio el mandatario no usó los canales habituales, sino que creó un grupo de trabajo que se conoce con el nombre de 'Los Tres Amigos', título de la película de cowboys de 1986 protagonizada por Steve Martin, entre otros.

LAS CLAVES:

  • Gordon Sondland. Amigo de Trump, obtuvo el cargo diplomático ante la UE tras donar un millón de dólares para su investidura

  • 'Los Tres Amigos'. El abogado personal del mandatario, Giuliani, coordinó el trabajo sucio en la trama ucraniana

Sondland era uno de los tres amigos en la trama ucraniana que dio pie a la investigación de 'impeachment' para destituir al presidente. Le acompañaban el enviado especial para Ucrania, Kurt Volker, y el secretario de Energía, Rick Perry, quien se espera que dimita a final de año. Dirigía el grupo, a su pesar, el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani -abogado personal del mandatario sin cargo público- «por deseo expreso del presidente», declaró este miércoles Sondland bajo juramento. «No nos gustaba trabajar con él», admitió. «Simplemente era la mano que nos había tocado jugar. Todos entendíamos que si rehusábamos trabajar con él perderíamos la oportunidad de cimentar las relaciones entre EE UU y Ucrania».

Frente al Congreso, el embajador no tenía ningún interés en exonerar a nadie más que a sí mismo. Se presentó como un hombre honorable que actuaba con buena intención al querer ayudar a Ucrania, un país que a Trump «le importa una mierda», confesó al consejero político de la Embajada en Kiev David Holmes. «Lo único que le importa son los asuntos gordos que sirven a sus intereses personales», contó el diplomático. Sondland no disputó este miércoles esa afirmación.

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En lo único en lo que discrepa de otros altos funcionarios es en que asegura no haberse dado cuenta de que el objetivo de esa «lucha contra la corrupción» en la empresa Burisma que decía buscar Trump era salpicar a Hunter Biden, que estaba en el consejo de dirección de la energética ucraniana. Hasta Chris Wallace, un presentador de la Fox, alineada con el mandatario, admitió este miércoles que «es difícil de creer» que ninguno de ellos se diera cuenta de la jugada. La trama ucraniana comienza a abrir grietas de lealtad en la cadena favorita de Trump, donde ya fue despedido el periodista Shepard Smith.

Moneda de cambio

No ocurre así entre los republicanos del Congreso, que este miércoles se quedaron de piedra ante las declaraciones iniciales del diplomático cercano a Trump. Sondland afirmó tajantemente la existencia de un 'quid pro quo' a petición de Giuliani. La moneda de canje era arreglar una visita de Zelenski a la Casa Blanca, que habría fortalecido la posición del presidente recién salido de las urnas. Cuando el Gobierno estadounidense congeló la asistencia militar por valor de 352 millones de euros, en contra de todos los asesores, Sondland asumió que «en ausencia de cualquier explicación creíble entendí que no se reanudaría la ayuda hasta que hubiera una declaración pública de Ucrania comprometiéndose a investigar a Burisma y las elecciones de 2016, como había pedido Giuliani», declaró este miércoles.

Devin Nuns y Steve Castor, durante el interrogatorio.
Devin Nuns y Steve Castor, durante el interrogatorio. REUTERS

Todos los implicados captaron ese mensaje. El presidente, que viene del mundo inmobiliario, «no da órdenes expresas, habla en código», contó su abogado Michael Cohen al Congreso cuando le tocó ir a la cárcel por la trama rusa. Así que cuando Sondland se desesperó y le llamó para preguntarle: «¿Qué quieres de Ucrania?», Trump volvió al recurso de la 'negación admisible' que permitió a Nixon, a la CIA y a los jefes de la mafia negar cualquier implicación cuando les tocó responder de ello. «No quiero nada, no quiero ningún 'quid pro quo'. Dile a Zelenski que haga lo correcto de acuerdo a su plataforma electoral». El cómico ucraniano ganó la presidencia en abril con la promesa de acabar con la corrupción.

Trump se aferró este miércoles a esa frase para declararse exculpado de la acusación de soborno con la que trabajan los demócratas para inhabilitarle. Su partido, que a priori esperaba que la oposición se dedicara a «manchar» la reputación de Sondland, se encargó de cuestionar su credibilidad.

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