En busca de hombres justos para honrar a George Floyd

La selección del jurado que dio el banderazo de salida al proceso por el que clama #BlackLivesMatter empezó este martes a trompicones, con un día de retraso y pendiente de una sentencia del Tribunal de Apelaciones. El juez había desestimado el cargo de asesinato en tercer grado, que tiene más posibilidades de arraigar que el de segundo grado al que se enfrenta Chauvin. También se ha negado a esperar la respuesta del tribunal de Apelaciones al que ha recurrido la acusación particular y solo permitió este martes parar cada media hora para que los letrados revisaran sus teléfonos en caso de que hubiera llegado.

Si ya era inusual ver a un policía en el banquillo, mucho más empezar a seleccionar al jurado sin saber a qué cargos se enfrentará. Algo que podría ser utilizado en el futuro para apelar la sentencia. Floyd vuelve a la memoria colectiva tal como se fue, atribulado y desconcertado. La defensa de Chauvin intentará achacar su muerte al uso de drogas que reveló la autopsia y se encontraron en su coche. De camino también pretende cambiar su imagen pública, santificada por las circunstancias de su muerte.

No será fácil dar con 14 hombres y mujeres neutrales que le sirvan justicia, como demostró este martes la primera jornada de selección. Los que han pedido a gritos en las calles este juicio están preparados para no permitir que se convierta en una farsa. También la Guardia Nacional de Minnesotta y los comercios que ardieron en junio cuando prendió la indignación ante ese vídeo que reveló la parsimonia con la que el agente Chauvin aguantó la rodilla hincada en el cuello de Floyd hasta mucho después de que se le escapase el último aliento. Sus súplicas no sirvieron de nada, tampoco las de los peatones que contemplaban horrorizados desde la acera.

«¡Le estás matando!», gritaban. Entre ellos se encontraba una mujer bombero que declarará cómo le pidió al agente que le tomase el pulso, aunque no podrá implicar que eso le hubiera salvado la vida. El juez tampoco permitirá a la fiscalía decir que el agente «fue despedido», para no implicar culpabilidad, solo que «terminó su empleo» tras la muerte de Floyd.

Así de fino tendrá que hilar la acusación, a la que el juez ya amonestó este martes por referirse en una ocasión a «Chauvin» en lugar de «el señor Chauvin». El juez Peter Cahill no parece el más favorable a la causa de Floyd, como tampoco algunos candidatos del jurado. El octavo interrogado, un veterano de las fuerzas armadas, se definía como «un hombre de familia, buen cristiano», preocupado por su seguridad y «muy respetuoso de las fuerzas» del orden, en cuyo juicio dice confiar. Tiene reparos sobre la «plataforma» de #BlackLivesMatter, pero simpatiza con el movimiento policial de #BlueLivesMatter.

Si le eligen tendrá que presentarse el día 29 a escuchar todos los detalles sobre la vida y la muerte de Floyd para decidir si la acción del agente Chauvin fue uno de esos errores que está dispuesto a juzgar, o un accidente ajeno a su voluntad. Cuatro semanas que cambiarán su vida, frente a los nueve minutos que acabaron con la de Floyd.