Crece la tensión en Baltimore tras la muerte de un negro a manos de la policía

La tensión aumenta en esta ciudad portuaria y obrera de 620,000 habitantes del noreste de EE UU -donde se desarrolló la serie de ficción sobre crimen y corrupción 'The Wire'- tras la muerte de Freddie Gray por lesiones en la médula espinal el pasado domingo. Gray había sido detenido el 12 de abril y fue acusado de poseer una navaja automática, según el informe de la policía.

Cada noche desde su muerte se celebran protestas ante la frustración por la falta de explicaciones claras sobre las circunstancias del incidente. "Es realmente inconcebible que un hombre joven, de 25 años de edad, en la flor de su vida, acabe muerto sin ninguna razón en absoluto", dijo el reverendo Jamal Bryant, uno de los organizadores de las protestas del jueves que comenzaron en el ayuntamiento de la ciudad.

Vídeos de la detención de Gray, grabados por transeúntes, muestran cómo la policía lo aplastó contra el suelo frente a un proyecto de vivienda pública en Baltimore. El hombre gritó de dolor hasta que los oficiales lo subieron a un furgón policial y se lo llevaron. "Lo tenían doblado como si fuera un cangrejo o una figura de origami", ha declarado Keven Moore, que grabó uno de los vídeos, al diario 'Baltimore Sun'. "Estaba todo doblado... solo gritaba por su vida.", ha agregado.

"Si no hay justicia, no habrá paz"

Varias investigaciones están abiertas, incluyendo una del Departamento de Justicia de EE UU. Los manifestantes responsabilizan de la muerte de Gray al alcalde de Baltimore y a su comisario de policía -ambos afroamericanos- y reclaman castigo de los culpables.

"Si no hay justicia, no habrá paz", gritaba la masa ante el ayuntamiento, mientras varias docenas de agentes miraban desde detrás de las barricadas y un helicóptero de la policía sobrevolaba la protesta. Seis policías en Baltimore permanecen con la paga suspendida en relación con este caso.

La muerte de Gray ha convertido a Baltimore en el último punto caliente en un panorama nacional muy tenso por el debate sobre las tácticas de la policía y las relaciones raciales. El malestar profundo se disparó el pasado 9 de agosto con la muerte de Michael Brown, un adolescente negro desarmado abatido por un policía blanco que finalmente resultó eximido judicialmente, en Ferguson, Missouri (centro de EE UU). Tras el incidente se desató una espiral de protestas violentas y de represión policial.