Taiwán vota contra China y renueva su confianza en la presidenta Tsai

Que Tsai decidiese convertir a Taiwán en el primer país asiático que legaliza el matrimonio homosexual -aunque la población votó en contra en referéndum- y que redujese las pensiones de los veteranos del Ejército, hicieron que se desplomase su popularidad, sobre todo entre la población más conservadora. El año pasado, esa variable llegó a caer hasta el 15%.

No obstante, varios factores han sido decisivos en la victoria de Tsai. Uno de los más importantes ha llegado desde Hong Kong, donde los siete meses de protestas que protagonizan los manifestantes prodemocracia se han convertido en una llamada de atención para quienes ven a China como una amenaza. No en vano, las elecciones se han celebrado con miedo a que el gigante asiático utilizase campañas de desinformación para desestabilizar los comicios.

Tsai aboga por preservar la independencia de facto de la isla y mantener a Pekín a raya. De hecho, ha rechazado en repetidas ocasiones la reunificación de la isla, cuya soberanía China reclama desde la partición del país en 1949, utilizando el modelo 'un país, dos sistemas' por el que se rige Hong Kong. Y las protestas en esa excolonia británica han reforzado su postura. La estrategia de presentar a China como un peligro, algo que se ha hecho incluso con vídeos de propaganda electoral que han comparado Taiwán y Hong Kong, ha funcionado.

Mientras tanto, su principal rival, el exalcalde de Kaohsiung, Han Kuo-yu, ha apostado por un discurso más conciliador y por tender puentes con la China continental para rebajar la tensión y espolear la economía. Pero en su contra ha tenido, precisamente, el sólido crecimiento económico registrado en la antigua Formosa, que en 2019 quedó cerca del 3%. La población más joven, además, también se identifica cada vez más como taiwanesa y aplaude la audacia progresista de Tsai. Casi dos millones de votantes han acudido por primera vez a las urnas en esta ocasión, y todo apunta a que han optado en masa por la presidenta. Así, a la espera de que acabe el recuento, Han tendrá que conformarse con el 38% de los votos.

«No quiero confrontación con China, y me preocupa que pueda tratar de reunificarnos por la fuerza, pero quiero que nos lidere un partido que preserve la identidad taiwanesa y que apueste por crear una sociedad más igualitaria y por otorgar más oportunidades económicas a los jóvenes. Por eso, he decidido votar a Tsai», explica a este periódico una joven de 27 años residente en Taipéi, Wei Tzu-chi. «No participé en los anteriores comicios, pero creo que ahora es necesario movilizarse. Lo que sucede en Hong Kong también sirve de inspiración para nosotros, y debemos aprovechar que aquí sí podemos votar», recalca.

Lógicamente, este resultado no va a agradar a los dirigentes comunistas al otro lado del Estrecho. No en vano, el presidente chino, Xi Jinping, ha subrayado en repetidas ocasiones su intención de que ambas chinas -la denominación oficial de Taiwán es República de China- se reunifiquen. Pero los 23 millones de taiwaneses han dejado claro en todas las encuestas que prefieren mantener el 'status quo' actual, y no faltan quienes consideran que la isla podría convertirse en punto de fricción para un conflicto bélico entre China y Estados Unidos, principal aliado militar de Taiwán. Afortunadamente, Tsai lleva gobernando desde 2016 y nunca han sonado los tambores de guerra.