Macri y Fernández encaran juntos la transición en Argentina

«Gracias por el compromiso de construir una Argentina solidaria y más igualitaria», destacó Fernández en la noche del domingo durante un masivo acto callejero en la capital argentina para celebrar la vuelta del peronismo. «Volvimos y vamos a ser mejores», prometió, y anunció que vienen tiempos difíciles por la recesión y la deuda.

El presidente electo compartió escenario con la exmandataria Cristina Fernández, futura vicepresidenta, y también con el gobernador electo la de provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, exministro de Economía de Cristina que obtuvo un amplio triunfo. Tanto Fernández como Kicillof fueron seleccionados personalmente por ella como candidatos.

Con el 97% de las actas escrutadas, Fernández se impuso con el 48,1% de los votos, frente al 40,3% de Macri. En Argentina, el candidato más votado es declarado ganador en primera ronda si logra el 45%. El presidente, que había obtenido el 32,9% en las primarias del 11 de agosto, remontó fuertemente la performance, pero no le alcanzó para llegar a la segunda vuelta.

El resultado mostró un escenario de polarización. Los otros cuatro candidatos a presidente sumaron el 11,5% de los sufragios. A la derrota de Macri contribuyó la reunificación del peronismo -también dividido en anteriores elecciones- y la profunda recesión económica que atraviesa el país con un aumento del paro, la pobreza, la indigencia y una tasa de inflación del 55% en el último año.

El Banco Central anunció este lunes que las restricciones a la compra de dólares -que pasaron de cinco millones a 10.000 por mes después de las primarias- se acotaron ahora a 200 dólares mensuales para frenar la sangría de reservas que cayeron más de 22.000 millones de dólares desde agosto. La decisión frenó la devaluación que amenazaba este lunes la apertura de los mercados.

De las primarias al domingo Fernández pasó de 12,2 a 12,4 millones de votantes mientras que Macri creció de 8,1 a 10,4 millones. La mayor afluencia a las urnas -del 76% al 81% del padrón- benefició mucho más al presidente que a su rival. El oficialismo también aumentó el número y la magnitud de las victorias en las provincias. En agosto había triunfado en la ciudad de Buenos Aires y en Córdoba. El domingo, además de esas dos victorias -mucho más holgadas-, Macri se impuso en San Luis, Entre Ríos, Santa Fe y Mendoza.

Las encuestas estimaban que la diferencia de 17 puntos a favor de Fernández en las primarias iba a crecer. Pero eso no ocurrió. Al contrario. La brecha fue de ocho puntos. La recuperación de Macri pudo estar relacionada con la mayor concurrencia de votantes y con la campaña callejera con la que recorrió 30 ciudades en 30 días.

En la noche del domingo, un Macri más sereno y cordial que el que se vio tras su derrota en las primarias felicitó a Fernández por «la gran elección» y agradeció a los votantes que confiaron en él «a pesar de las dificultades». Este lunes recibió al ganador en la Casa Rosada, sede de la presidencia, en una reunión cordial para hablar de la transición.

Macri también felicitó al alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, miembro de su partido y reelecto en primera vuelta con 55% de los votos. No tuvo esa suerte la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que perdió ante Kicillof por el 38% de los votos frente al 52%. En las tres provincias en que elegían gobernador venció el peronismo.

En la Cámara Baja, Fernández tendrá 107 diputados que podrían llegar a 121 con aliados, mientras Macri tendrá la primera minoría con 120. En el Senado, que se renovó en un tercio, Alberto tendrá una mayoría de 37 legisladores frente a 28 de la alianza derechista. La Cámara alta será presidida por Cristina, elegida vicepresidenta.