La victoria de los nacionalistas ahoga las esperanzas de cambio en Bosnia

En la pugna por el puesto reservado a los musulmanes en la Presidencia tripartita bosnia revalidó ayer el cargo Bakir Izetbegovic, del conservador Partido de Acción Democrática (SDA). Dragan Covic, de la conservadora Unión Democrática Croata (HDZ), es el nuevo representante de su comunidad en esa jefatura colegiada del país balcánico y ha abogado por una mayor descentralización para dar más autonomía a los croatas. Por parte serbia, ganó por escaso margen Mladen Ivanic frente a Zeljka Cvijanovic, actual primera ministra serbobosnia, y se ha mostrado dispuesto a alcanzar acuerdos por el "interés global" de todos los bosnios.

Aunque la elección de Izetbegovic hace cuatro años en la terna presidencial frente a un candidato más radical despertó ciertas esperanzas, no se produjo ningún acercamiento de posturas entre los líderes de los tres principales pueblos de este país balcánico.

Las fuerzas nacionalistas han dominado en las dos últimas décadas en Bosnia, un país organizado por un intrincado sistema de cuotas étnicas salido de las negociaciones de paz de Dayton (EE UU), que pusieron fin a la guerra (1992-1995). Ese complejo sistema administrativo, que permitió acabar con la contienda, hace imposible una gestión eficiente de la paz, al fragmentar el poder y debilitar las entidades centrales del Estado.

Estancamiento del país

Precisamente una de las exigencias clave de la Unión Europea (UE) a Bosnia es una reforma constitucional que refuerce el poder de las autoridades centrales, para mejorar la eficiencia en la toma de decisiones. La Presidencia bosnia tiene poco poder ejecutivo, pero sí importancia simbólica, ya que la diferencia de puntos de vista entre sus ocupantes refleja el estancamiento del país, desde hace años sin avances en su camino hacia la UE debido a la falta de reformas.

Los ciudadanos bosnios eligieron el domingo, además de a los tres miembros de la Presidencia del país, a los diputados del Parlamento central y de las asambleas de los dos entes autónomos. Los serbobosnios eligieron a su presidente y los musulmano-croatas renovaron los parlamentos locales de los diez cantones que conforman su región.

En las presidenciales serbobosnias, el actual presidente, Milorad Dodik, conocido por su discurso en favor de un concepto de Bosnia como confederación o incluso de la secesión, lleva cierta ventaja frente al candidato de la oposición unida en la Alianza por el Cambio, Ognjen Tadic, pero aún no ha sido proclamado vencedor. La designación del presidente en el ente serbio genera especial interés, ya que por primera vez después de casi diez años de firme gobierno de Dodik -líder de la Unión de los Socialdemócratas Independientes (SNSD)- su posición se ha visto amenazada.

En las parlamentarias serbobosnias, la SNSD fue la más votada, con el 39,58% de los sufragios, pero perdió la mayoría absoluta que tuvo los últimos cuatro años. La sigue el nacionalista moderado Partido Democrático Serbio (SDS), con el 33,50%.

En el ente común de musulmanes y croatas triunfó con diferencia el SDA de Izetbegovic, con el 27,81% de los votos, seguido de la musulmana Unión para un Futuro Mejor (SBB), con el 14,4%; el nuevo Frente Democrático (DF), de orientación socialdemócrata y multiétnica, con el 12,7%, y la conservadora croata HDZ BiH, con el 11,9%.

Ausencia de nuevas ideas

En la escena política bosnia no hay nuevas caras ni políticas distintas desde hace dos décadas y estos resultados no auguran cambios. Las campañas electorales tampoco ofrecieron programas o ideas nuevas y se centraron más en asuntos de identidad que en los problemas sociales y económicos del país, en el que la tasa de desempleo supera el 40%.

Mejorar la situación económica será el principal reto de las nuevas autoridades, de las que se espera que desbloqueen el avance del país hacia la UE después de años de estancamiento y falta de reformas.

La abstención en los comicios fue alta, lo que demuestra la desconfianza de los bosnios hacia una clase política que cumple muy poco de lo prometido. Los analistas no descartan nuevas protestas sociales, como las multitudinarias de febrero pasado, si no se producen pronto mejoras en la situación del país.