Siete años después, Campillos da luz verde a la rehabilitación de su piscina cubierta

Según ha explicado el consistorio, el importe de ejecución del proyecto se cifra en algo más de un millón de euros, concretamente 1.161.321,58 euros. La financiación proviene de dos fuentes: por un lado, del Consorcio de Seguros, como compensación por los daños ocasionados por las inundaciones (427.757,12 euros); y por otro, de varios Planes de Asistencia Económica Municipal (PAEM) de la Diputación de Málaga, que aportan los 733.563,88 euros restantes.

El alcalde de la localidad, Daniel Gómez, ha explicado a SUR que confían en que la licitación esté resuelta en el plazo de un par de meses, junto con la firma de los contratos. «Si todo va bien, esperamos que a mediados o finales del verano comiencen los trabajos de rehabilitación de la piscina», afirmaba. El regidor también recordó que esta es la última infraestructura pendiente de rehabilitación tras las inundaciones de 2018, y, al mismo tiempo, «la más importante y la que mayor coste implicaba», según sus propias palabras.

Se trata de un espacio muy demandado por los vecinos durante estos casi cinco años desde que se anunció su cierre. Y es que no solo se utilizaba con fines deportivos, sino que también tenía un importante componente de salud y rehabilitación. Allí se ofrecían clases de espalda, actividades para bebés y terapias para personas con problemas de movilidad u otras condiciones que requerían tratamientos acuáticos. Era, por tanto, una instalación clave para el bienestar de muchos vecinos, más allá del uso deportivo convencional.

Cabe recordar que la piscina municipal cubierta cuenta con una superficie total de 1.730 metros cuadrados y dispone de dos vasos: una piscina principal de 25 por 12,5 metros y otra de menor tamaño, de 12,5 por 5 metros. También incluye una zona de recepción y otra de vestuarios, lo que permite su uso tanto individual como colectivo. Estas características hacían de ella un espacio versátil y fundamental en la oferta de servicios municipales de Campillos.

El camino para llegar hasta este punto no ha sido fácil. El proyecto ha requerido un trabajo arduo, complejo y con numerosas «trabas administrativas» a lo largo del tiempo. Uno de los principales inconvenientes ha sido la modificación de precios, ya que las normativas actuales exigen la incorporación de maquinaria nueva. Esto ha provocado un incremento considerable en la inversión necesaria. «Es cierto que el edificio se mantiene porque estructuralmente no ha sufrido daños, pero toda la maquinaria y el sistema interno serán completamente nuevos», explicaba el alcalde Gómez.

En cuanto a los plazos, el regidor ha preferido ser prudente y no prometer una fecha de reapertura concreta. «No queremos mentir a la gente. Por nuestra parte, nos encantaría que estuviese lista este mismo año, pero eso es totalmente inviable», reconocía. No obstante, avanzó que si todo transcurre con normalidad, se espera que la piscina esté completamente reformada y operativa a lo largo del año 2026.

Una infraestructura que los vecinos esperaban como «agua de mayo». Desde su cierre en 2018, esta instalación contaba con una gran afluencia, no solo de usuarios de Campillos, sino también de localidades cercanas. La ausencia de un espacio de estas características durante casi siete años ha generado un profundo malestar entre la población. Ahora, por fin, empiezan a ver una luz al final del túnel y a recuperar la esperanza de volver a contar con este servicio tan necesario para la salud, el deporte y la calidad de vida en el municipio.