El Valle del Genal pide más inversión y beneficios fiscales contra la despoblación

Por ello, reclaman medidas 'reales' para ayudar a frenar la sangría y que estas localidades puedan continuar vivas; pero también, atención en la elaboración de estrategias, que se escuchen sus voces.

Aumento de inversión y beneficios fiscales son las dos principales propuestas de los regidores, para poder atraer a nuevos residentes, ya que muchos de ellos argumentan que carecen de recursos para esto. «Es importante articular beneficios fiscales a empresas que se quieran instalar, formación en el emprendimiento, planes de empleo, estudios sobre necesidades de la zona...», dijo Alberto Benítez, alcalde de Jubrique. Su pueblo, en el Bajo Valle del Genal, es el que más vecinos ha perdido: un total de 320, de 843 en el año 2000 a 523 en 2020.

«¿Porqué no hay beneficios fiscales para emprendedores y empresas en los lugares con riesgo de despoblación? Podría ser mediante el pago a la Seguridad Social, en la cuota de autónomos... Se podrían poner en marcha de manera inmediata y tendría un efecto positivo en los pueblos». argumentó Miguel Ángel Herrera, alcalde de Genalguacil, habló del «desmantelamiento de los pueblos por parte de las administraciones públicas». Genalguacil ha perdido 182 vecinos en los últimos 20 años. Eugenio Márquez, alcalde de Benalauría (61 vecinos menos) habló de una bajada general de impuestos.

Fernando Fernández, regidor de Faraján (descenso de 27 vecinos), declaró: «Pedimos un presupuesto específico... Hay muchas familias que quieren venirse y preguntan por un trabajo y un alquiler bajo, con ese presupuesto podríamos dar facilidades», afirmó.

Desde Cartajima, Francisco Javier Benítez, apostó por una cuota plana de autónomo y por beneficios fiscales especialmente para familias con hijos en edad escolar. Este pueblo es uno de los que ha ganado población en los últimos 20 años, el que más, 24. Ofreció trabajo y vivienda de bajo alquiler ante la amenaza de cierre del colegio por la bajada de alumnos, entre otras medidas.

Sobre el resto de estos pueblos, Benarrabá ha perdido 183 habitantes en este período, Igualeja , 170, Algatocín, 135, Gaucín, 116, Alpandeire, 53, Benadalid, 29, y Júzcar, 28. Además de Cartajima, Parauta, Pujerra y Atajate son los que han ganado población en este período: 14, cuatro y cinco vecinos más, por este orden. Cabe destacar el caso de Atajate, el pueblo más pequeño de la provincia de Málaga, que ha mantenido prácticamente su padrón (164 atajateños en 2000 y 169 en 2020). «No disponemos de grandes recursos para hacer grandes proyectos que generen grandes oportunidades que eviten que la gente se vaya», afirmó Auxiliadora Sánchez, alcaldesa de Atajate, que añadió: «Que no nos dejen desaparecer».

Para Pedro Godino, alcalde en Gaucín, otra medida pasaría por mejorar el acceso a las nuevas tecnologías, «con fibra a velocidad adecuada» y sin problemas de cobertura. Además, la mejora de las carreteras, y de las comunicaciones en general, pasando por el transporte público (solo hay un autobús que sale a las 7.00 horas y regresa a las 19.00 desde Ronda), es fundamental para los alcaldes, para que se pueda llegar «a los municipios de forma más rápida y segura». Por la carretera entre Genalguacil y Estepona no pueden circular autobuses por su estrechez, con el perjuicio que ello conlleva, entre otros, para el Pueblo Museo, un referente cultural con proyección internacional.

Otras demandas son la mejora de la sanidad (solo hay una ambulancia para atender a los 15 municipios del Valle, entre otros déficits) y de la promoción, pero no solo a nivel turístico, también del Valle como lugar para vivir y desde el que teletrabajar.