Francisco Morillo: «Queremos conseguir que el mundo rural tenga los mismos servicios que el urbano»

-¿Qué ha supuesto para la comarca el estado de alarma y la crisis del coronavirus?

-Ha habido mucho temor y respeto. Es cierto que han sido menos los casos y la situación ha estado más controlada que en las grandes ciudades. En cuanto a la economía, hay sectores más afectados, especialmente la hostelería y el turismo rural, que aún están sufriendo las consecuencias de esto aunque ya van remontando. También hay que tener en cuenta que nuestros pueblos son fundamentalmente agrícolas y ganaderos, y esa actividad ha seguido. Eso nos ha hecho tener un poco más de tranquilidad.

-¿La estrategia del GDR se ha visto mermada?

-Esta situación ha llegado en un momento en el que estábamos pendientes de aprobar la convocatoria de 2018. Por suerte, se ha conseguido finalizar la mayoría de los proyectos de la convocatoria de 2017, que han supuesto una inversión de 820.000 euros con una ayuda de 496.000 euros. Estos proyectos se han certificado y lo más importante, se han pagado, por lo que este dinero ha llegado a los promotores de la comarca que habían invertido en ellos.

-¿Qué tipo de acciones han planteado para relanzar el municipio?

-Afortunadamente hemos podido modificar nuestras líneas de cooperación con varios grupos de la provincia de Málaga, con los que hemos desarrollado temas como la lucha contra el despoblamiento, el apoyo a pequeños empresarios del nuevo comercio o las nuevas formas de comercializar. También estamos trabajando en poder acceder a ayudas para crear empleo y relanzar el turismo en la comarca. De cara a la nueva convocatoria, queremos enfocarla en la ayuda a los ganaderos, para apoyarlos mediante inversiones que permitan que la actividad agrícola y ganadera sea lo menos perniciosa posible para el medio ambiente con una mejor depuración de los residuos.

-¿Qué le pediría a las instituciones? ¿Qué cree que necesitan los municipios de la comarca?

-Le pediríamos que nos miren de manera distinta al mundo urbano. La normativa que se nos aplica es una normativa estándar, y en el mundo rural las cosas son distintas, se trabaja a otro ritmo y no todo el mundo tiene el mismo acceso a otro tipo de servicios. Eso es lo que fundamentalmente requerimos, que se nos mire desde el punto de vista rural y que se tengan en cuenta nuestras necesidades. Cuando se definen los programas, la mayoría se hacen desde el punto de vista de la ciudad, de cómo quiere la ciudad que sea el mundo rural. Nuestra reivindicación es que el mundo rural tiene que ser lo que quiera.

-¿A qué necesidades se refiere?

-A un determinado tipo de infraestructuras, cambios en la fiscalidad o el tema de ayudas, por ejemplo. Esto último sí que se está haciendo en algunos puntos, como un pago menor en la cuota de autónomo por vivir en municipios pequeños. Lo que pretendemos es que quien quiera vivir en el mundo rural pueda tener los mismos servicios que en el mundo urbano, y no tenga que irse si no quiere. Actualmente, tenemos pendiente un total de 28 expedientes para aprobar, tanto de ayuntamientos como del sector privado, con una inversión prevista de 2,5 millones de euros. Nuestro objetivo fundamental es mejorar la calidad de vida en el medio rural y evitar la despoblación, pero es algo que cuenta con muchísimos factores y depende de muchas instituciones.

-¿Qué actividades se desarrollan en el día a día del GDR?

-Además de gestionar nuestro programa de ayudas, estamos en contacto con asociaciones empresariales y ofrecemos asesoramiento a emprendedores. Siempre estamos a su disposición. Hemos dejado un poco de lado el tema de la dinamización social por la falta de presupuesto, pero es lo que queremos poner en marcha. En la última junta directiva se aprobó un proyecto para contratar a técnicos que trabajen con las asociaciones de mujeres de los pueblos de la comarca, para conocer sus inquietudes y apoyarles en su desarrollo empresarial.