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La tradición de bendecir los campos y «correr las vegas» comenzaron el Jueves Santo en Antequera con las cofradías del Consuelo y de los Dolores. Se llenaron las aceras y las cuestas y de nuevo llegaron sin problema, aunque con sustos en la carrera con caídas y desvanecimientos.
Desde San Pedro, salió el Cristo de la Misericordia y la Virgen del Consuelo, que destaca por su forma ordenada de procesionar y por tener los tronos con más proximidad al estilo de la capital.
La Agrupación Musical Soledad de Pozoblanco y la Asociación Cultural y Musical Maestro Alfredo Martos de Linares marcaron las mecidas de los dos tronos que tienen hasta submarino que va marcando el paso y levantando los aplausos del público.
Tras correr las vegas, esperaron en su plaza el paso de la otra cofradía, la de los Dolores, que se despidieron con aplausos, marchas y vítores. Los de San Pedro gritaron a la Virgen de los Dolores: «¡Dolores… guapa!». Y los de Belén respondieron: «¡Viva la Virgen del Consuelo!».
Mientras, las cofradía de los Dolores es la que mantiene al máximo el estilo antequerano, con imágenes de José de Mora, Andrés de Carvajal y Miguel Márquez, así como tronos que mantienen tal cual su fisonomía del siglo XIX.
El Señor atado a la Columna, el Señor Caído y la Virgen de los Dolores siguieron de regreso hasta su barrio, el de Santiago, donde «corrieron sus vegas» con el respaldo del público que les acompañó hasta el regreso del convento de las clarisas.
Contó musicalmente con la Banda de Cornetas y Tambores «Nuestra Señora de la Encarnación» del Burgo y la Asociación Musical Las Flores de Málaga.
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