«Los ladrones estuvieron todo el tiempo del mundo y se bebieron la cerveza y una botella de champán»

Los asaltos, que cifran en una veintena, siguen un mismo patrón, como explica Dani, empleado de una de las ventas de este núcleo de población: los ladrones entran, da igual que haya o no gente en la vivienda, y, normalmente, en pocos minutos, se hacen con el botín.

Lo que se llevan es dinero en metálico o joyas, nada de objetos voluminosos, por muy suculentos que puedan ser. «Son profesionales», relantan los afectados, pues los autores de estos delitos que tienen de los nervios a estos alhaurinos y alhaurinas cubren su rostro con pasamontañas y usan guantes.

Por lo testimonios gráficos recogidos, gracias a las cámaras de vigilancia instaladas en las viviendas de este diseminado, donde hay casas de campo con parcelas grandes, los responsables son 3 hombres y, posiblemente, como conjeturan, les ayuda una mujer, que procura apostarse en algún lugar estratégico para avisar si llegan las fuerzas del orden. Aunque el robo en la casa de María comparte muchas de las características de otros, en su caso, se dio la circunstancia de que la vivienda estaba sola, por lo que, como relata la víctima: «Estuvieron todo el tiempo del mundo y se llegaron a beber las cervezas que tenía allí preparadas (para que su hermano, que estaba pintando la fachada tuviera un refrigerio) y también una botella de champán (preparada para una celebración) y otra de ginebra».

En su recorrido por la finca, en la madrugada del 2 al 3 de julio pasados, destrozaron las rejas y también el portón. Los arreglos suponen el principal quebranto económico, puesto que, más allá de las bebidas, de la casa de María, que eso sí, quedó totalmente revuelta, no han desaparecido otros artículos que, a priori, podrían haberle interesado a los amigos de lo ajeno, como una placa de vitrocerámica, lista para colocarse, o maquinaria que allí estaba guardada.

Peor suerte tuvo Francisco, cuya vivienda también fue allanada hace ya meses. Se llevaron 45.000 euros y artículos costosos. Como le ocurre a María, también le inquieta el hecho de saberse observado. «Estuvimos fuera muy poco tiempo, un cuarto de hora, y era de día, pero consiguieron robar, sabían lo que estaban haciendo», describe.

Los residentes en La Alquería, aunque estarían más tranquilos con una mayor presencia policial y de la Guardia Civil, también reconocen que hay patrullas habitulamente y que, cuando se da un aviso, los agentes llegan lo antes que pueden. «El problema es que tienen que atender un término muy grande y que, dentro de la propia barriada, se pueden escabullir con facilidad», relata Dani.

Como solución a este sinvivir, el vecindario se ha organizado a través de un grupo de WhatsApp, con el que informan de cualquier «movimiento extraño» de personas o vehículos y, llegado el caso, «vamos todos a una»; dicho de otro modo, han puesto en marcha una especie de patrullas vecinales que tienen como objetivo atrapar a los autores, aunque son conscientes de que es algo delicado.

Francisco José Sánchez Guerrero, concejal de Seguridad Ciudadana, anuncia que, ante esta situación que denuncian en La Alquería, de la que el Ayuntamiento, deja claro, es «plenamente consciente» se van a instalar cámaras de vigilancia en breve, tal y como se hizo en El Romeral, donde también se generó gran alarma social por los robos en viviendas.

La idea es situar estos equipos en los puntos estratégicos, donde controlen mejor los movimientos de entrada y salida al barrio, y la colocación llegará en cuanto se solventen los trámites municipales necesarios y en la Subdelegación, que tiene que autorizar el uso; con la empresa, ya se han mantenido contactos para agilizar plazos.

En paralelo, la Administración local trabaja para incrementar la plantilla de la Policía Local, un empeño que lleva a priorizar la incorporación de estos funcionarios, incluso en detrimento de otros que también son necesarios. Esto permitirá que salga la convocataria de 9 plazas de uniformados, 4 correspondientes a 2024 y 5 de este ejercicio, con la idea de que los agentes estén de servicio ya en prácticas en febrero de 2026. Lo harán armados, una vez que pasen por la academia, conforme contempla la ley andaluza, tal y como anuncia el edil.

Además, para lograr que crezca la partida presupuestaria destinada a seguridad, más allá de las actuales limitaciones impuestas por el techo de gasto de Hacienda y la tasa de reposición del 125% (esto significa que, para que haya un policía nuevo tienen que jubilarse cuatro empleados municipales), el Ayuntamiento trabaja para la creación de un nuevo servicio de vigilancia, que permita dotarlo de personal y, por lo tanto, elevar el gasto en este área, más allá de los límites económicos fijados por Madrid para controlar el déficit de las corporaciones locales.

En el caso de Alhaurín de la Torre, se justificará esta medida por el aumento de población del municipio y por lo diseminado de su término, lo que requiere una mayor dotación policial, explica el concejal. El Gobierno municipal se ha fijado en otras ciudades y municipios que ya han puesto en marcha acciones semejantes con éxito.