El escaparate de Capella que abre la Navidad cada año en Antequera

José Carlos Capella Conejo (Antequera, 1971), centra su vida en el trabajo del establecimiento de decoración que empezó su padre. Junto con su hermana lo han reconvertido en el lugar ideal para preparar un piso, una casa o hasta un hotel. Cada vez son más las personas y empresas que le llaman para que les asesore en cómo redecorar cualquier espacio o edificio, incluso le han encargado la organización de una boda.

Tras el éxito y repercusión del circo de la pasada Navidad, para esta ocasión ha apostado por una montaña de casas blancas que conducen a la parte alta de la ciudad, donde da cabida al Castillo, Santa María y el Arco de los Gigantes, los monumentos de la parte alta.

Bajo el lema de 'Antequera es mágica' aporta su trabajo para ser reclamo de visitas y compras en la ciudad. «Mi idea es que venga mucha gente y vea que Antequera tiene tesoros, es mágica y hay que venir a verla varios días para conocerla en profundidad, ver sus monumentos y comprar en sus comercios».

Todo es material reciclado: cartulina, papel, «dibujado a mano, recortado y pegado». No son calles concretas, «pero forman ese conjunto que se dirige a la Alcazaba con el reloj de Papabellotas, Santa María y el Arco de los Gigantes».

Un barco que vuela

Una blanca ciudad mágica sobre la que «sobrevuela una máquina, un barco volador que representa algo mágico», un guiño a la Revolución Industrial y esos inventos que se quedaron en planos. Él aporta su barco volador, al que llama 'Trotamundos del tiempo', «hecho en cartulina marrón y está sobrevolando el escaparate» con hélices con movimiento y un capitán. Un barco a lo Peter Pan o Stardust donde Capella deja volar su imaginación y el deseo de volar algún día sobre ella.

Ante su obra, montada desde agosto casa a casa, teja a teja, en una de las habitaciones del hogar familiar que fue antiguamente hostal, comparte que lo que ha buscado es «la recreación de Antequera con unas calles con casas con todas sus ventanas y sus balcones sobre las que se alza una nave que va a sobrevolarla con el horizonte del Castillo y Santa María».

Cuatro meses de trabajo ven su final en el montaje del mismo este fin de semana en su local comercial que desde el lunes será uno de los puntos donde la gente acuda para ver cómo se preparan las calles para la inminente Navidad.