Concluye un fin de semana donde llegó hasta nevar en Antequera por el aniversario de la Unesco

Durante dos noches, se creó un corredor peatonal entre la Plaza de Toros y Santa María, con paradas en diferentes espacios que fueron centro de proyecciones inusuales donde la imaginación fue la acompañante. Para empezar, el albero del coso taurino se convirtió en arenas de desierto con escorpiones y serpientes que desafiaban la búsqueda de los tesoros egipcios. Al lado, en la Plaza Castilla, los más jóvenes se vestían de estrellas de la NBA para jugar al baloncesto en unas pistas de neón.

El patio consistorial abrió un puente hacia Japón con exhibición de kárate y sensualidades de una geisha. En frente, en la iglesia de San Juan de Dios, la luz de las velas trazaban el recorrido en su interior. Una batucada brasileña acompañaba hasta la céntrica plaza de San Sebastián. Al lado, el Coso Viejo ofreció nieve artificial donde las familias disfrutaron de imaginar que las temperaturas bajaban. Los más pequeños saltaron, se emocionaron e intentaron hacer hasta muñecos de nieve.

Subida a la parte alta con calles a oscuras, con velas iluminando con su tenue luz los bordes de los escalones hasta llegar a la zona amurallada. Allí, un videomapeo sorprendió sobre la fachada del siglo XVI donde un viajero buscó por el mundo unas piedras preciosas que guardaban un gran tesoro. Tras recorrer varios países y civilizaciones, todas las piedras señalaron un lugar mágico: el Dolmen de Menga desde donde sale el sol en forma de Patrimonio Mundial para toda la provincia de Málaga.