La comarca del Guadalhorce recupera la normalidad mientras se prepara para una nueva DANA

Álora fue uno de los municipios más perjudicados por las recientes inundaciones. El desbordamiento del río dejó a más de 200 personas incomunicadas y arrasó caminos, complicando el acceso y la movilidad. No obstante, gracias a la colaboración entre autoridades y ciudadanos, la mayor parte de los caminos rurales ha sido recuperada. «Ha sido un trabajo titánico, pero ver cómo la comunidad se une en los momentos difíciles ha hecho que todo merezca la pena», señaló Francisco Martínez, alcalde de Álora. Aunque la mayor parte de las comunicaciones se han restablecido, algunas viviendas no habitadas todavía tienen accesos dificultosos. Por otro lado, uno de los mayores avances ha sido la recuperación del suministro de agua potable, que ya se encuentra restablecido para la mayoría de las viviendas. Las pocas segundas residencias afectadas están en proceso de reconexión, y se espera que vuelvan a la normalidad en los próximos días.

En Cártama, la situación también ha mejorado notablemente. Las zonas cercanas al río, como Doña Ana, sufrieron especialmente por la acumulación de agua y barro, lo que obligó a decenas de familias a realizar arduas tareas de limpieza. Sin embargo, la llegada de cientos de voluntarios permitió que el proceso avanzara rápidamente, y la vida diaria comienza a recuperar su curso. Aunque aún quedan detalles por pulir en algunas casas, el ambiente en Cártama refleja la resistencia y la solidaridad de sus habitantes.

Almogía también vivió momentos difíciles con caminos intransitables y daños materiales significativos. A pesar de los desafíos, el Ayuntamiento y los vecinos trabajaron conjuntamente para restablecer la red de comunicaciones y el suministro de agua, alcanzando la normalidad total el pasado domingo.

La alerta naranja en toda la provincia de Málaga ha puesto en guardia a los tres municipios y al resto de la comarca. Aunque las labores de limpieza y recuperación han avanzado a buen ritmo y han fortalecido los mecanismos de respuesta, la incertidumbre se cierne sobre los habitantes. Francisco Martínez, alcalde de Álora, expresó la esperanza de que las lluvias no sean tan intensas como se prevé: «Si conseguimos que no se superen los 20 l/m2 en una hora, podremos evitar que todo lo que hemos hecho haya sido en vano».

«Pendientes del cielo, otra vez», afirmaban desde Cártama, dejando claro que la noticia de la alerta naranja por lluvias intensas ya ha llegado al municipio y genera una mezcla de preocupación y preparación. Por otro lado, la alcaldesa de Almogía, Antonia García, no ocultó su preocupación: «Ahora estamos un poquito temblando porque tenemos previsiones de que el miércoles tengamos otra DANA bastante fuerte y con bastantes litros».

Mientras la comarca se prepara para enfrentar el nuevo temporal, el sentimiento general es de resiliencia, pero también de tensión. La experiencia reciente ha demostrado la capacidad de reacción y la solidaridad de las comunidades, pero la incertidumbre sobre el comportamiento de la naturaleza persiste. Por ahora, solo queda estar preparados y confiar en que la próxima DANA no empañe los esfuerzos de reconstrucción que han permitido que Álora, Cártama y Almogía retomen, poco a poco, la normalidad.