La comarca de Antequera resiste a la sequía: «Las lluvias han ayudado, pero no han sido suficientes»
Humilladero, Mollina, Alameda y Fuente de Piedra mantienen restricciones por la falta de agua; el primero, en situación crítica, activará una obra de emergencia para paliar el problema
Aunque el año hidrológico ha sido más favorable que los anteriores, cuatro municipios del interior de Málaga de la comarca de Antequera, Humilladero, Fuente de ... Piedra, Mollina y Alameda, mantienen restricciones de agua para el consumo urbano. Desde hace semanas, los cuatro ayuntamientos aplican un bando conjunto que prohíbe el llenado de piscinas privadas, el baldeo de calles, el riego de jardines sin control o el lavado de coches fuera de espacios autorizados. El objetivo es claro: reducir la presión sobre unos acuíferos que, a pesar de las lluvias, no se han recuperado lo suficiente.
En algunos casos, como Humilladero, parte de la población sigue dependiendo de cubas de agua potable. «Estamos en una situación compleja que arrastramos desde hace tiempo», explica la alcaldesa de Humilladero, Auxiliadora Gámez, cuyo municipio lleva desde diciembre de 2022 suministrando agua potable mediante camiones cisterna. «Cada año destinamos cerca de 100.000 euros para asegurar ese servicio, que es esencial. Las lluvias han ayudado algo, pero no han sido suficientes para mejorar la calidad del agua ni garantizar el abastecimiento con normalidad».
El Ayuntamiento recibe avisos constantes de vecinos que sufren cortes o una presión tan baja que el agua no llega a algunas viviendas durante horas. La situación se repite especialmente en las zonas más altas del municipio. «Lo que debería ser un gesto cotidiano, como abrir el grifo, se convierte en una incertidumbre diaria», apunta la alcaldesa, que teme que el problema se agrave en pleno verano. Ya el año pasado hubo semanas en las que apenas salía una gota de agua en ciertos tramos del día.
Gámez asegura que el principal problema es la baja recuperación de los pozos y la contaminación de los acuíferos por el uso de fertilizantes a lo largo de los años. Esta semana, Humilladero ha conseguido avanzar en la tramitación de una autorización urgente desde la Delegación Territorial de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural para gestionar sus captaciones de agua. También ha solicitado apoyo a la Diputación Provincial para reforzar el suministro con cubas. «Lo valoramos, pero tenemos claro que estas medidas son temporales y que necesitamos una solución definitiva a medio plazo», apunta.
En esta línea, el Ayuntamiento ha activado un procedimiento de emergencia para garantizar el suministro de agua mediante la canalización y bombeo desde el sondeo de Villaraceli, que se conectará directamente a la red municipal. «Se trata de una actuación vital, porque el agua es un derecho básico y nuestros vecinos son lo primero», subraya la alcaldesa. Las obras comenzarán de inmediato, con la previsión de que puedan finalizarse en un corto periodo de tiempo. «Seguimos trabajando sin descanso. Porque Humilladero no se para. Porque la salud y el bienestar de nuestro pueblo están por encima de todo», añade.
«Lo que debería ser un gesto cotidiano, como abrir el grifo, se convierte en una incertidumbre diaria», recalca Gámez
En el caso de Mollina, la situación no ha llegado a afectar la potabilidad del agua, pero el municipio ha activado también las restricciones como parte del consorcio de abastecimiento Guadalhorce Norte, del que forman parte los cuatro ayuntamientos. «Decidimos actuar de forma coordinada, porque es una situación que afecta a todos. La población está mentalizada, sobre todo quienes trabajan en el sector agrícola y conocen bien los recursos disponibles», explica su alcalde, Eugenio Sevillano. El consistorio sigue vigilando el consumo y no descarta aplicar nuevas medidas si el nivel de los depósitos o los caudales lo requieren.
Percepción ciudadana
Por su parte, el alcalde de Fuente de Piedra, Siro Pachón, subraya que parte de la dificultad está en la percepción ciudadana tras las lluvias de otoño y primavera. «Muchos piensan que ha sido suficiente, pero la realidad es que seguimos sin una recuperación real de los niveles subterráneos. Por eso es importante mantener este tipo de restricciones, aunque sean incómodas, para no poner en riesgo el abastecimiento», afirma. Al igual que sus homólogos, insiste en la necesidad de que otras administraciones aceleren proyectos clave como el trasvase del embalse de Iznájar, planteado desde hace años como una solución estructural para la zona.
En Fuente de Piedra, la preocupación también se extiende más allá del presente. Aunque las lluvias de primavera han aliviado parte de la tensión, desde el Ayuntamiento insisten en que las restricciones deben mantenerse como medida preventiva. «Seguimos dependiendo de cubas y eso no puede normalizarse», señala su alcalde, Siro Pachón. El consistorio reclama desde hace meses soluciones estructurales, porque considera que actuar solo en situaciones de emergencia no garantiza el futuro hídrico del municipio.
Los alcaldes consultados coinciden en que la coordinación entre los cuatro municipios ha sido esencial, y que la concienciación ciudadana está funcionando, aunque queda camino por recorrer. La campaña de ahorro de agua lanzada desde los consistorios hace hincapié en el uso racional del recurso y en la importancia de detectar posibles fugas o consumos anómalos. Mientras tanto, los servicios operativos siguen inspeccionando instalaciones sin contador o con instalaciones manipuladas.
El bando sigue en vigor y no tiene una fecha de finalización prevista. Solo se levantará cuando las condiciones de los acuíferos lo permitan o se habiliten nuevas infraestructuras para garantizar el suministro. Hasta entonces, estos cuatro municipios siguen gestionando con prudencia y responsabilidad uno de los recursos más valiosos: el agua.
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