«Estamos abiertos a cualquier persona que nos necesite»

–¿Cómo nació la asociación?

–Nos iniciamos hace 30 años con la ayuda a los drogodependientes. A finales de los 80 había en Coín un problema muy acusado, muchos jóvenes habían caído en la droga. Varias madres afectadas se alzaron y así nació la asociación. Llegaban historias de todo tipo, que conllevaban problemas familiares y otras cuestiones. Años después, se determinó que la ayuda debía centrarse en la prevención, para atender a la raíz de esos problemas. Así fue como creamos nuestra sede actual, el centro de educación social, siempre muy guiado y muy con el enfoque de trabajo de Proyecto Hombre, viendo que el problema no está en el sujeto sino en la familia.

–¿Qué ha cambiado ahora?

–A pesar de los problemas económicos, seguimos trabajando. En las escuelas de padres se ha incluido la de niños, por eso ahora se llama escuela de familias, así se puede dar cabida a todos y se trabaja la educación emocional con los niños. Se hace una formación muy completa a los padres.

–¿Qué proyectos tienen actualmente en marcha?

–Contamos con la escuela de familias, donde vienen todo tipo de familias a través de colegios e institutos. Todos los años hay muchos padres interesados. Hay tres formas de participar: por la mañana, en grupos a los que asiste la madre o el padre, en grupos de noche, al que deben acudir ambos progenitores, y la escuela de niños y adolescentes, donde los padres se tienen que implicar también. La prevención de la drogadicción la hacemos junto a Proyecto Hombre, con una educadora que atiende específicamente a niños que vienen con problemas de adicción o problemas de comportamiento.

–Tras el confinamiento, ¿han notado diferencias en el comportamiento de los usuarios?

–Sí que ha habido un cambio en las actitudes, pero hay de todo. Algunos niños están más nerviosos, otros más encerrados en ellos mismos. Respecto a las familias, en los adolescentes hay más crispación, más problemas de convivencia en las casas. El estar encerrado y el uso de las tecnologías hace que se cree una dependencia muy grande. Hay muchos niños sin medios, y que lo han pasado mal en este periodo por problemas en sus casas, de drogas o de violencia.

–¿Qué objetivos persigue Camino para Renacer?

Hay un equipo de trabajo muy grande detrás. Queremos seguir con nuestros programas y sobrevivir con nuevas financiaciones, las empresas de Coín nos están ayudando mucho, y el Ayuntamiento colabora también. Estamos abiertos a cualquier persona que nos necesite, queremos quitarnos ese tabú y esa imagen, no somos la asociación de los drogodependientes.