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Benarrabá va a dos ritmos: lento en el mundo real y rápido en el digital. Los vecinos de este municipio del Valle del Genal conservan ... con orgullo su forma de vivir (eso rebautizado como filosofía 'slow') y también navegan a velocidad de vértigo en Internet gracias al despliegue de fibra óptica que se completó en la localidad hace más de dos años. Esta tecnología, frente a la red de cobre del ya antiguo ADSL, aún vigente donde no ha llegado su sustituta, ofrece en el municipio hasta 1 Gbps simétrico, lo que ha mejorado la gestión de negocios, facilitado clases 'on line', eliminado prácticamente los desplazamientos al Ayuntamiento para realizar trámites, permitido el teletrabajo con mayores garantías, e incluso la instalación de nuevos habitantes, y hasta paliado la falta de banco, puesto que los benarrabiches solo cuentan con la apertura de una oficina de Unicaja un día a la semana. Son todo ventajas que dejan atrás eso de que un pueblo es sinónimo de mala conexión. En Benarrabá se navega rápido, con mayor ancho de banda, mejor reproducción de vídeo y audio, con menos interferencias y mayor seguridad.
En el olvido, por tanto, han caído para estos vecinos los cortes del servicio, las averías que duraban días, las esperas frente al ordenador u otro dispositivo al realizar cargas y descargas de datos o ir a un sitio web, con tiempos de latencia insufribles, las videollamadas que se congelaban y, entre otros, la mala cobertura en los móviles, puesto que el despliegue de la fibra permite el avance de las redes inalámbricas (en la actualidad Benarrabá dispone de 4G y ya se espera el 5G).
965.000 hogares y empresas en la provincia cuentan con fibra óptica, según el balance anual de accesibilidad a Internet en Málaga a cierre de 2020 elaborado por Telefónica.
84 municipios de Málaga disponían oficialmente de fibra a julio de 2020, según el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital y Telefónica.
«Es imprescindible. Tener fibra nos da cercanía al estar lejos de infraestructuras y servicios. Poder conectarte a Internet en cualquier momento y con garantía es la solución para los pueblos», explica Silvestre Barroso, alcalde de Benarrabá, convencido de que la estrategia contra la despoblación la tiene que abanderar la mejora de la digitalización. «Arreglar caminos, espacios, enriquecer la visita turística... Todo está muy bien, pero es fundamental ofrecer una buena conexión a Internet para poder teletrabajar, recibir clases, mejorar la competitividad de los negocios... Y para atraer nuevos residentes y evitar que los nuestros se vayan», recalca el regidor.
Por ello, cuando los técnicos de Telefónica (empresa que instaló la fibra, cuyo servicio ofertan distintos operadores) llegaron a Benarrabá, al igual que a otros pueblos de la Serranía de Ronda, para iniciar el despliegue, el Consistorio puso a su disposición dos empleados municipales. «La fibra se instaló en dos semanas, se ayudó a realizar las canalizaciones, todo está soterrado... Se estaba instalando y los vecinos ya estaban contratando ya», recuerda Barroso, quien también subraya el hecho de que la cercanía de la infraestructura de Telefónica a la localidad facilitó la ejecución de las obras. Barroso, igualmente, hace hincapié en que el confinamiento por la pandemia se ha llevado mejor en Benarrabá gracias a Internet.
Acceso. Situada en la Serranía de Ronda, en el Bajo Valle del Genal, desde Ronda se llega por la A-369 y se localiza entre la ciudad del Tajo y Gaucín. Es necesario tomar un desvío.
Población. Cuenta con unos 450 habitantes
Desde el Ayuntamiento, que funciona prácticamente al 100% de forma digital (cuenta con dos registradores de certificados digitales), se han impartido clases en este terreno, sobre todo para personas mayores, a los que se formará en banca digital.
Antonio Santos
Antonio Santos vive en Benarrabá y es diplomado en Turismo. Trabaja para la multinacional SYNLAB, con presencia en 40 países, 22.000 empleados y dedicada al diagnóstico médico con servicios de laboratorio para medicina humana y veterinaria y análisis ambiental. Junto con su familia, su pareja (maestra en la Serranía) y un niño de 22 meses, Antonio es uno de los 'colonos' de Benarrabá.
En plena pandemia decidió instalarse en este pueblo, en el que tiene familia, y la fibra ha permitido que haya decidido quedarse. «Teletrabajo tres semanas al mes y la cuarta voy a la oficina, en Fuengirola. Llevo alrededor de 15 meses aquí. La experiencia es maravillosa. Puedo levantar a mi bebé y cuando termino la jornada puedo disfrutar del entorno», detalla.
«¿Instalarse aquí sin fibra? Imposible. Con fibra tienes la misma tecnología que en Madrid, Fuengirola o Málaga... Funciona muy bien, es una gozada», enfatiza Antonio, quien trabaja en el departamento de facturación de SYNLAB.
Mercedes Méndez
Mercedes Méndez está al frente del Hotel Banu Rabbah, que incluye el Restaurante Kábilas. El establecimiento abrió sus puertas en los años noventa y dispone de 12 habitaciones dobles, con posibilidad de ampliar el número de camas, además de otras instalaciones, como espacios para la celebración de eventos. «Siempre he procurado contar con una conexión de calidad, pero ahora se nota la rapidez», afirma Mercedes, quien insiste en la dependencia de su establecimiento de este servicio. «Lo utilizo para todo: promoción, reservas, proveedores... Si me quedo sin Internet, me muero», bromea.
silvestre barroso, alcalde
antonio santos, vecino
antonia holgado, vecina
Eder Aguinaco
Eder Aguinaco, de 29 años, trabaja en el Ayuntamiento como administrativo y es un gran aficionado a los videojuegos, por lo que la llegada de la fibra a Benarrabá le ha permitido disfrutar con mayor plenitud de su tiempo de ocio. «Juego mucho y necesitaba más conexión», comenta este 'gamer' con un grado en Derecho y máster en abogacía. «Se nota muchísimo la velocidad; antes de la fibra la conexión tampoco era muy mala, pero más inestable. Si, por ejemplo, en casa una persona estaba viendo un vídeo y otra jugando, se notaba, pero ahora no. Suelo usar Internet también para videollamadas con los amigos y para cursos de formación», relata.
Antonia Harillo y Antonia Holgado
Antonia Harillo y Antonia Holgado, de 79 y 82 años, respectivamente, son ejemplos de que las nuevas tecnologías no tienen edad. Nunca imaginaron que sabrían utilizar con gran soltura sus 'smartphones'. «Hasta rezo el Rosario con el móvil», confiesa Harillo en su casa, en la que tiene contratada fibra. «Mis nietos vienen y se enganchan todos. Yo utilizo mucho el WhatsApp con ellos y mi hija, que está fuera, me manda muchas fotos», desvela.
«Yo me liaba al principio un poquito, pero ya lo manejo. Durante el confinamiento nos ha ayudado mucho. Todas las noches mis hijas me llamaban por videollamada; esto ha sido mucho para las personas mayores... Yo he estado 60 días sin salir de mi casa», concluye Holgado.
El camino de la digitalización que ha tomado Benarrabá no se queda en la instalación de la fibra óptica. La localidad contará, previsiblemente este verano, con un espacio 'coworking' único en la provincia, puesto que se ubicará en una antigua vivienda que data de 1700, de la familia Ortega Collado y que fue donada por sus herederos al Consistorio. Tras su reforma, en la que la Diputación de Málaga ha invertido 250.000 euros, entre otros desembolsos, el inmueble permitirá llevarse la oficina a este entorno rural, la instalación de emprendedores, el teletrabajo, el desarrollo de proyectores puntuales, impartir formación, acoger grupos o, simplemente, navegar por la red.
En pleno casco urbano, el inmueble tendrá capacidad para 70 personas en tres plantas. Se han conservado elementos de la arquitectura tradicional de la vivienda.
Benarrabá también dispone de alojamientos hoteleros como el Hotel Banu Rabbah y el Benarrabá Hostel, entre otros.
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