«Nuestro objetivo es que la inclusión llegue a todos los ámbitos de la sociedad»

–¿Cómo empezó Imagina?

–Nos dimos cuenta de que había muchas necesidades aquí que no se estaban atendiendo, como los intercambios juveniles. Así comenzamos a trabajar en el voluntariado europeo, y fue ahí cuando vimos que el tema de la discapacidad no se trataba de forma específica. El resultado era que las actividades no eran inclusivas, por ello creamos la asociación, para promover la movilidad y las oportunidades para la gente joven y poder hacer estas actividades de forma inclusiva.

–¿Qué tipo de actividades?

–Queríamos desarrollar proyectos que fueran innovadores, muchas veces se atiende a los usuarios pero no se les motiva ni se les ofrece actividades nuevas. Así creamos 'Artequeando', donde utilizamos el arte para trabajar competencias como la movilidad física, el contacto con la música, expresión corporal y habilidades psicomotrices, o el 'Gallinero Social', donde cuidan del entorno.

–Varios empleados del 'Gallinero Social' son los propios usuarios, personas con diversidad funcional. ¿Qué supone para ellos conseguir un trabajo?

–Es algo muy ilusionante, supone un nuevo reto y el reconocimiento de su trabajo. Le damos mucha importancia a esa parte, a inculcarles la puntualidad y el hacer las cosas bien. Saben que tienen una labor específica y es que realmente la tienen, sin ellos no podríamos llevar el Gallinero. Cuando renovamos el contrato de uno de los chicos, nos dijo: «¿Este mes también cobro?». Para ellos es algo nuevo y se sienten muy realizados.

–¿Cómo acceden a estos contratos?

–Tenemos un grupo muy diferente de personas. En los proyectos que cuentan con inclusión laboral realizamos entrevistas para contratar, es complicado porque dentro de la inclusión ya estás excluyendo a una parte del grupo. Estamos intentando ofrecer cuatro puestos, en los que haya diferentes sexos y diferentes diversidades, para que se ayuden unos a otros y se complementen.

–¿Han notado mejoría en la vida de los usuarios?

–Sí. Se sienten realizados y con ganas de aportar. Antes de esto no tenían vida social, no se conocían. Algunas familias nos dicen que estaban todo el día en casa. Ahora tienen su grupo de amigos y de forma autónoma quedan en el pueblo como cualquier otro joven. Es el reflejo de que el trabajo se está haciendo bien.

–¿Atienden a personas de todas las edades?

–Hay mucha diversidad de edades, intentamos sobre todo atender a mayores de 21 años porque son los que no acoge el sistema educativo, y la lista de espera en centros ocupacionales es enorme.

–¿Cómo han llevado este año?

–Con la pandemia hemos notado que la soledad se acentuaba. Por ello empezamos a trabajar mucho con las nuevas tecnologías, y transformamos los talleres a versión 'on line' para que todos pudieran tener contacto con sus compañeros. Para ellos es muy ilusionante tener un móvil y aprender a utilizarlo. También tratamos el tema de la seguridad digital. Hemos centrado en todo en actividades al aire libre y al refuerzo de la parte digital. Nuestro objetivo es que la inclusión llegue a todos los ámbitos de la sociedad.