La ampliación de la depuradora del Bajo Guadalhorce, clave para la calidad del río, sigue su avance

Las otras dos depuradoras incorporan tratamiento terciario; esto es, agua reutilizable para riegos, usos industriales, baldeos, etc. La del Bajo Guadalhorce, en cambio, tan solo llega a un proceso secundario, de devolución de caudales al río con parámetros adecuados en lo sanitario y ambiental. Y eso es clave en un curso fluvial por el que Europa sigue imponiendo multas por la falta de depuración de Alhaurín El Grande. No se descarta otro expediente por Cártama. Hasta que no se construya la EDAR Norte, presupuestada en más de 100 millones de euros y en fase de expropiaciones, no se resolverá este problema.

Málaga acumula a lo largo de la historia más de 20 millones por sanciones. De hecho, algunas fueron impuestas antes de la incorporación de Coín a la planta del Bajo Guadalhorce, que está en el término de Pizarra.

Según publica el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) este miércoles, el 6 de marzo de 2023, se aprobó el proyecto de construcción 'Complementación del equipamiento y vertido de la EDAR de Álora, Pizarra y Coín (Málaga). Fase II'. Se autorizó, además, el trámite de información pública. No se han recibido alegaciones. Así que en marzo del año pasado se aprobó el expediente. Entonces se habían iniciado las obras de la primera fase de ampliación de esta planta.

En esta segunda, el presupuesto supera un importe de 1,77 millones de euros, IVA incluido. El plazo de ejecución es de seis meses. Las expropiaciones son en los términos de Cártama y Pizarra. La inversión vuelve a correr a cargo de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía.

Es la última estación de tratamiento de aguas residuales de entidad en entrar en servicio en Málaga. Lo hizo en mayo de 2019, de forma parcial, canalizando el caudal procedente de Álora y Pizarra, pero no alcanzó el pleno rendimiento hasta octubre de 2020 con la incorporación de Coín. Se ponía así el broche a una inversión de 18 millones de euros (incluidos los 28 kilómetros de tuberías y las estaciones de bombeo para impulsar el agua hasta la planta) por parte de la Junta de Andalucía.

Y se saldaba una deuda pendiente con el río Guadalhorce que arrancó en 1999 con los primeros informes, continuó en 2007 con la adjudicación de las obras. La obra quedó paralizada durante una década por distintos motivos (técnicos, políticos y económicos) hasta que por fin cogió velocidad con el inicio de su construcción en el verano de 2017.

Tanto desfase temporal tuvo una consecuencia: la planta fue dimensionada de manera insuficiente para el desarrollo demográfico de la zona. Actualmente, las tres localidades rondan los 50.000 habitantes. A modo de referencia, cuando empezaron a sentarse las bases de esta infraestructura en 2001 eran 37.000.

La primera fase de la ampliación, acometida el año pasado, tuvo una inversión de 588.310 euros. Permitieron la capacidad de depuración de la planta aumentara de 8.000 m3/día a 12.000.

La segunda fase, que ahora encara su fase de obras implicar instalar un colector-emisario que, en caso de avería o interrupción del proceso de depuración, evacuará las aguas residuales no tratadas desde la depuradra Bajo Guadalhorce hasta aguas abajo de las captaciones existentes en la zona de Aljaima. Allí Emasa tiene más de una decena de pozos activos y toma agua superficial del río a través del azud. También Cártama logra 100 litros por segundo desde estos pozos, recuperados en los planes de sequía.

La EDAR del Bajo Guadalhorce, ubicada en el término municipal de Pizarra. Cuenta con tres líneas de tratamiento biológico, de las que dos fueron puestas en servicio, quedando para un futuro el equipamiento y puesta en servicio de la tercera línea.