Las peticiones de los ayuntamientos al Ministerio para el Cercanías de la Costa del Sol

Todo gira en torno a las circulaciones diarias de los trenes entre la capital y Fuengirola. Conforme al contrato actual entre el Estado y Renfe, estas deben de ser de 104 al día. Esto es así de lunes a viernes, sin embargo, los sábados y domingos, cuando la demanda también es elevada, las circulaciones se reducen, pasan a 98. Las cuatro administraciones locales creen factible y necesario que se igualen los servicios los siete días de la semana.

En el escrito remitido al Gobierno, de nuevo, estos municipios, en bloque, recurren al marco legal que da cobertura a la línea C-1 del Cercanías para que, conforme se recoge en la cláusula decimoquinta del acuerdo contractual, una vez establecidas las 104 circulaciones diarias, estas se incrementen. El quid de la cuestión es no rebasar la frecuencia técnica fijada de 20 minutos.

La propuesta, en este punto, es que la periodicidad fijada sea «real». El argumento para defender esta solicitud es que, a lo largo de cada jornada, los trenes pasan cada media hora e, incluso, cada treinta y cinco minutos. Esta es, defienden ante el Ministerio los gobiernos locales, «una estrategia que se sigue para intentar atender la franja horaria actual del servicio sin superar las 104 circulaciones». Ante ello, apuestan por mantener siempre los veinte minutos entre tren y tren, «dada la altísima demanda de este servicio y la necesaria mejora de la movilidad».

Si se aumentan las circulaciones, siempre con los veinte minutos presentes, se sostiene, también es factible acabar con otra de las carencias observadas en el servicio ferroviario costasoleño, como es que el último tren de Cercanías salga, por regla general, del centro de Málaga a las 23:30. Esto impide, recuerda la carta, dar cobertura a los vuelos que aterrizan o despegan del aeropuerto durante la noche.

Para hacer posible este plan, también apuestan por ampliar el tamaño de los trenes, lo que sin duda permitiría incorporar más usuarios, y que supondría la modificación de tan solo tres apeaderos del actual recorrido entre Málaga y Fuengirola. Según fuentes técnicas, un Cercanías asume 600 pasajeros, una capacidad que, conforme las experiencias trasladadas por los propios pasajeros, es sobrepasada en muchos momentos del día. En este documento de los ayuntamientos, que tiene un gran tono técnico, se defiende que atender estas soluciones no requiere un importante desembolso y que, sin embargo, su aplicación, daría resultados inmediatos. Un plan a corto plazo que permita avances y que no implica renuncia alguna a otras grandes obras que son necesarias.

La justificación de la carta remitida al Ministerio de Fomento, que fue enviada en el marco de la reunión celebrada para analizar el proyecto del tren litoral y la movilidad en la Costa del Sol, es la implementación de un plan concreto para el actual modelo de Cercanías de Málaga, aunque sin cerrar la puerta a que este documento de trabajo sea de ámbito andaluz. Como en otras ocasiones, el argumento para la puesta en marcha de esta mejora es la comparación con otros territorios del Estado. Y es que, como recuerdan los ayuntamientos de Málaga, Torremolinos, Benalmádena y Fuengirola en el documento conjunto, esta hoja de ruta sí existe para Cataluña, Madrid, Cantabria, Asturias y Valencia.

De nuevo, si se pone en contexto Cercanías de Málaga, con el de otros puntos del país, el margen de mejora es evidente, mientras que en el recorrido malagueño se observan 6,7 circulaciones por cada 100.000 habitantes; en Madrid, para igual número de población, son 20,9 ; en Barcelona: 52,1, y en Valencia, siempre según lo trasladado por las cuatro ciudades que recorre la línea C-1, 40,6.

De ahí que, en realidad, el objetivo es que aumenten las circulaciones diarias, más allá de las 104 de lunes a viernes que son las mínimas planteadas a corto plazo, para que, así, se incremente el servicio, sobre todo, por la noche, y se acabe con el «vacío» que comienza a las 23.30 horas.

Fuentes municipales consultadas apuntan a que existe «optimismo» sobre la voluntad de aplicar estas medidas, dado el tono de la última reunión sobre el tren y la movilidad en la costa.