«La esterilización tiene que ser obligatoria, ¡es que no hay más!»
Un día en la Protectora ·
En el refugio los dramas se suceden a diario, entre camadas indeseadas y personas que acuden a dejar a sus mascotas por razones variopintasSólo es necesario pasar unas cuantas horas en el refugio de la Sociedad Protectora de Animales para tomar conciencia del problema que supone el abandono ... en Málaga. El centro, que gestiona esta ONG con el apoyo del Ayuntamiento, de particulares y de empresas, está desbordado de perros y gatos recogidos. Para muchos de ellos, por sus características (sobre todo, por su mayor tamaño), es difícil que consigan una familia y pasarán el resto de sus días allí, al cuidado de los 16 trabajadores y unos 200 voluntarios. En esta situación viven más de 400 animales, en su mayoría canes.
Precisamente, la visita de SUR coincide con la llegada de un padre y su hijo, que quieren dejar allí a un perro. Según relata el progenitor, era de su exmujer y tras la separación ella se ha desentendido del animal y él no puede hacerse cargo. Para Carmen Manzano, presidenta de la Protectora, demasiadas veces el problema de raíz es precisamente ese, que no se considera a la mascota como parte de la familia. Al menos, este tendrá suerte, porque al ser de pequeño tamaño tiene muchas más posibilidades de ser adoptado.
Hasta el refugio llegan a diario animales entregados por sus dueños o encontrados en la calle; más los que le deriva (por convenio) el Centro de Protección Animal Municipal y de otros municipios y provincias. Pero para la activista, que está en la primera línea de la lucha por los derechos de la fauna, lo más sangrante son las camadas: «Rara es la semana que no nos dejan uno o dos grupos, con 8 a 12 cachorros. La esterilización tiene que ser obligatoria, ¡es que no hay más!», exclama. Muchos de ellos no consiguen sobrevivir a causa de las enfermedades, a pesar de que la 'Prote', como la llaman sus socios, tiene una extensa red de hogares de acogida para estos casos graves.
«Estamos tan saturados que de hecho tenemos lista de espera de perros grandes para ingresarlos cuando se quede libre algún hueco», se lamenta Manzano. En muchos casos son las mascotas de personas enfermas o fallecidas –también suelen ser animales ancianos– que son entregados por sus familiares. «Vivimos dramas a diario, porque es verdad que aquí los animales están cuidados, pero un animal acostumbrado a vivir en su casa, meterlo aquí es como si a nosotros nos llevan a prisión».
Y todo ello, además, en un contexto de inflación y de encarecimiento de la vida y de los tratamientos veterinarios. «Llegan animales muy enfermos, con fracturas, atropellos, gatos que se caen de un quinto piso... Son animales que tienen dueño pero las operaciones valen más de mil euros, y mucha gente los entregan porque dicen que no pueden hacerse cargo». Por ello, reclama que se elimine el IVA de los tratamientos veterinarios.
Otras circunstancias que agravan la situación: la falta de viviendas, en especial, los problemas para lograr pisos de alquiler que admitan mascotas. Y la nueva ley estatal de protección animal, sobre la que Carmen Manzano considera que da a la gente «más excusas» para abandonar. Aunque en realidad son sólo pretextos, puesto que medidas como la de tener contratado un seguro de responsabilidad civil para los perros todavía no se aplica.
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