Los Reyes de Holanda regresan a Andalucía por su aniversario de boda

El pasado jueves estuvieron en Granada donde pasearon por la Alhambra. Vestidos de manera informal, con calzado cómodo y las preceptivas mascarillas, el matrimonio recorrió los rincones del palacio nazarí como unos turistas más. Ella, siempre atenta a los detalles, portaba al cuello pañuelo estampado con mosaicos de la Alhambra. Según relataba el periódico Ideal, de la capital granadina, los dos se mostraron muy amables y cercanos y no dudaron en hablar con otros turistas que se acercaban a saludarlos.

El periplo siguió por Córdoba donde se alojaron en el Hotel Palacio del Bailío. Allí visitaron la Mezquita, también acompañados por un cicerone que les relató todos los detalles del monumento. ABC Córdoba detalla que tras el paseo cultural comieron en el restaurante Ermita de la Candelaria donde pudieron degustar algunos de los platos de la cocina tradicional española y andaluza, incluyendo una tarta de aniversario y una copa de Pedro Ximénez del lagar de Santa Magdalena. Al día siguiente siguieron en la capital cordobesa donde fueron al Palacio de Viana, del siglo XV, y comieron en Los Berengueles, frente a la casa donde nació Manolete.

De allí se trasladaron a Jerez de la Frontera y a Sevilla, la ciudad donde los presentó un amigo común. Las calles de Ronda también han acogido los reyes de Holanda. Allí se hospedaron en el Parador Nacional de la localidad malagueña y pasaron prácticamente desapercibidos entre los turistas que habitualmente deambulan por la ciudad del Tajo. Además de la historia y de los monumentos, también disfrutaron de la gastronomía tradicional en el Restaurante Almocábar, donde pueden degustarse platos como el rabo de toro o el cabrito lechal y el vino de la tierra, según ha podido confirmar Diario Sur.

La última vez que habíamos visto a los monarcas por tierras andaluzas había sido en 2019, también en la Feria de Abril. Aquella vez acudieron con sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariane, que pudieron conocer el lugar donde comenzó la historia de amor de sus progenitores. Las chicas de la familia no dudaron en enfundarse trajes de flamenca y en posar ante los medios de comunicación. Esta vez, la escapada ha sido mucho más discreta y en solitario. Dos décadas de matrimonio bien valen unos días disfrutando en privado de su mutua compañía sin compromisos oficiales.