Robert Procop, el joyero de las famosas, en Marbella

Su exclusividad se basa en la artesanía de sus creaciones: busca piedras naturales, extraídas directamente de minas en todo el mundo, a las que acude personalmente. «Son piezas únicas, con un largo proceso de elaboración. En algunos casos hasta dos y tres años», explica Procop, que asegura que todas sus joyas son como hijos para él. «No puedo elegir ninguna».

Entre su selecta clientela se encuentran actrices de la talla de Angelina Jolie, a la que creó su anillo de compromiso con Brad Pitt, o Brooke Shields. Ha colaborado con ambas en proyectos humanitarios. «Son mis amigas desde hace años, y tienen un corazón enorme», subraya el joyero, que creó un collar único en colaboración con Jolie, subastado en medio millón de euros. «Todo lo que recaudamos fue destinado a crear escuelas en Camboya», recuerda.

Aunque es la primera vez que presenta sus diseños en España, el californiano ya pisó suelo marbellí hace 30 años. Este viaje fue el que le inspiró para crear uno de los brazaletes de su colección 'Bella', que irradia luz. «Conocí a una mujer que lucía diseños muy espectaculares y coloridos, y por eso quise transmitir toda esa luminosidad en esta creación», comenta.

Tres décadas después,su devoción por Marbella le hizo sucumbir al deseo de volver a la ciudad. «¿Qué mejor lugar para presentar mis joyas que éste? Me encanta su gente, su luz y su gastronomía», relata el joyero californiano, que eligió a Gómez y Molina para dar cabida a su colección en España. «Es un privilegio venir de su mano, ya que son verdaderos especialistas».

Certificados

Cada una de sus joyas cuenta con un certificado de calidad, que avala la pureza de sus gemas. La exclusividad de las mismas ha hecho que varias instituciones relacionadas con la gemología se interesen por ellas, como el Instituto Smithsonian, un museo de gran relevancia dentro del mundo de las piedras preciosas, que compró varias piezas a Procop por su calidad y manufactura.

Aunque han viajado hasta Puerto Banús, muchas de las joyas no se pueden vender. «Tienen que volver a California, y si hay alguien interesado en alguna pieza, ésta se vuelve a traer siguiendo los trámites aduaneros», explican desde Gómez y Molina.

El exclusivo negocio de Procop muestra su peculiaridad hasta en la forma de vender, ya que no dispone de tiendas físicas. Solo cuenta con 'laboratorios' en los que elabora sus piezas únicas: Beverly Hills (California), Hong Kong y Genova. Su sede principal está en la exclusiva zona de compras Rodeo Drive, en Beverly Hills, lugar en el que también reside, con vecinos de la talla de Johnny Deep.

Su aventura comenzó a los 16 años en el taller de una joyería. Desde entonces, su popularidad ha ido en ascenso, lo que le ha llevado a relacionarse con expresidentes como Ronald Reagan o Bill Clinton, aunque su cartera de clientes sigue siendo un misterio.