La maestría de Duyos resucita a Zurbarán

La atmósfera transgresora de Locking se ha convertido en romántica de la mano de The 2nd Skin Co. Como es habitual, la firma transforma la pasarela en una alfombra roja digna de la mejor entrega de premios. En esta ocasión, el negro, que ha ido tomando poco a poco sus colecciones, se convierte en el protagonista de piezas repletas de cortes asimétricos, volantes, plumas -muchas- cuellos caja y lazadas aparentemente descuidadas a juego con largas cintas a modo de cinturón. Una elegancia discreta que ha dado paso al exceso de Hannibal Laguna. El modista venezolano, que parecía haberse suavizado en sus últimos desfiles, vuelve al popurrí de estilos y ornamentos escudado en los símbolos textiles de los cinco continentes. Desde elaboradas faldas confeccionadas con capotes a siluetas de los años 50 pasando por sus clásicos: drapeados, tejidos vaporosos y bordados sobre transparencias. Un poco de todo.

Roberto Verino ha dado un baño de realidad a los presentes con una colección muy comercial carente de los artificios inherentes a la pasarela. Como si de un viaje a Egipto se tratase, el gallego viste la primavera / verano de lino y colores tierra en estampados inspirados en los mosaicos que cubren las paredes de las tumbas, cuidando los símbolos. El contrapunto lo ha puesto Agatha Ruiz de la Prada. Bajo los acordes de la canción de Los Inhumanos 'Me duele la cara de ser tan guapo', la diseñadora continúa la senda que tomó tras su divorcio, de la que se hace eco su propuesta estilística: cada vez más sensual y juvenil, también en parte por la influencia que ejerce en la firma su hija, Cosima. Quizá por eso la estética de los comics es la espina dorsal de su propuesta urbana con la explosión de color de siempre, como también son señas de identidad de la casa las estrellas, corazones nubes y flores de su imaginario, que tiene como novedad el vestido paraguas con ruedas.

Ha sido la magia y sensibilidad de Duyos la que ha cerrado la jornada. Juan logra impregnar cada una de sus prendas de emociones, que se movieron al ritmo de Manuel de Falla. Como buen referente de la Marca España, vuelve a mirar dentro de nuestras fronteras para dar forma a sus creaciones, con estampados florales invernales y dorados, salpicadas la mayoría por el negro, un color que no es habitual en la firma. Flecos y volantes contenidos aderezan prendas que huyen de los tópicos con exquisitas siluetas pictóricas a lo Zurbarán, que fue, como decía el maestro Elio Berhanyer, «el primer diseñador español. El pintor extremeño se inventó los trajes de las santas y creó vestidos que no existían». La guinda la ponen los vistosos abrigos de pelo de cabra y los sombreros planos de pluma de gallo. Un obra de arte que merece estar expuesta en un museo.