Benarroch regresa a la alta costura

Los primeros en llegar fueron Alaska y Mario Vaquerizo. Ella con un vestido negro de Elena Benarroch y un pañuelo también de la diseñadora en tonos morados y verdes. Él, de blanco preparado para cerrar el evento por todo lo alto con una mini sesión dj. Un fin de fiesta rebosante de energía. La cantante y presentadora agradeció a Benarroch «la generosidad de incluir a sus amigos», encantada de poder compartir con todos esta velada mientras que Vaquerizo aseguró sentirse querido «como un hijo más» por Benarroch.

Además vimos llegar a la actriz Antonia Sanjuan, al actor Manuel Bandera, acompañado por su esposa, a Beatriz de Orleans o al cantante Caco Senante.

La diseñadora presentó en la zona lounge del Festival Starlite 20 piezas bajo el título Elena Benarroch & Friends ya que contaba con la cooperación de grandes nombres del mundo de la moda y fueron sus amigos precisamente los primeros en abrir el desfile.

De entre ellos destacar de forma muy especial la presencia mano a mano de su íntima amiga y fiel colaboradora, Ángela Navarro, que 40 años después sigue siendo imprescindible en el estilismo de la reconocida peletera.

El desfile lo abrió su hija, Yael, con el gris y el rosa empolvados como protagonistas en pero no fue la única representante de la familia, de hecho, anoche todos estaban implicados para hacer del desfile algo auténticamente estelar. «Aquí están mis amigos, mis nietos, mi cuñada, mis sobrinos, mi hijo que se está encargado de toda la iluminación, es un equipo completamente familiar y de amigos», explicaba Benarroch orgullosa minutos antes del inicio del desfile mientras ultimaba los detalles.

«El objetivo es mostrar en el escenario de Starlite al público internacional y cosmopolita que aquí se congrega la moda española», afirmó Benarroch que no dudó en equiparar el trabajo nacional con el que se realiza en otros países como Francia. «Con mis piezas quiero mostrar calidad, diseño y novedad que es lo que he transmitido toda mi vida», afirmó.

Benarroch estaba profundamente emocionada y entusiasta ante el reto. «Es muy emocionante y divertido, es todo y muchas más cosas a la vez», relataba a la vez que calificaba de auténtica «bomba» el cierre del desfile encarnado en la actriz Bibiana Fernández vestida de novia.

Tras Yael llegó el momento de los amigos. occidente. Los 35 años en la moda han llevado a Elena Benarroch a recorrer el mundo. En 1979 abrió su primera tienda y un año después presentó su primera colección, luego llegaron Nueva York, Tokio o Franckfunt por lo que cuenta entre sus amistades con figuras internacionales como la brasileña Lenny Niemeyer reconocida fuera de sus fronteras por su sofisticada línea de moda beachwear, creando, de hecho, el concepto de beach couture (costura para la playa). Su seña de identidad desde los años 90 es la introducción de sofisticados cortes en la moda de baño añadiendo accesorios, aplicaciones, piedras naturales. Trajo una colección en la que de un lado era protagonista el blanco con potentes pinceladas de color, mientras que de otro lado brillaban los aires étnicos con cortes vintage.

Le siguió David Delfín, que siempre imprime en sus trabajos su particular visión de la moda y de l arte, no en vano llegó al diseño desde la pintura. Asegura que la emoción es el motor de su trabajo por lo que no podía faltar en un encuentro tan emotivo como el retorno de su amiga. Geometría en blanco, negro y rojo en un trabajo de líneas puras en los que el brillo en verde también fue por momentos el rey.

Sobre la pasarela también se pudieron ver los aires atemporales de Baruc Corazón, tan conocido por sus camisas en tejidos ricos y naturales y por sus trabajos unisex que hemos podido ver en las más variadas celebridades, desde Daniel Barenboim a Miguel Bosé, pasando por Catherine Deneuve y Melody Gardot. La clave de su colección es la camisa Baruc que evoluciona en polos, kurtas, kaftanes y todas las prendas del armario del hombre y de la mujer, logrando además una estética afín tanto a los cánones culturales de oriente como a los de Otro de los presentes fue Roberto López Etxeberría, que trata la piel desde un perspectiva atrevida y moderna para vestir a un hombre con fuerte carga sexual que es además, el diseñador del vestuario de la última gira del cantante Miguel Bosé. A modo de entreacto y tras el desfile del trabajo de «los amigos», Estefanía Luyk, una de las organizadoras, y Javier Cordero, íntimo amigo de la protagonista realizaron una performance sobre la pasarela justo antes de que salieran a escena los 20 modelos de Benarroch.

Y finalmente, llegó el turno de la protanonista que presentó un trabajo sofisticado a la par que cálido, repleto de volúmenes y fuerza con el negro como protagonista en una plaleta de colores donde también tuvo su protagonismo el blanco y los detalles dorados.

Pieles con pelo largo y mucho movimiento sobre la pasarela, todo ensalzado por el calzado de Ángela Navarro y de Walter Steiger.

Media hora de desfile que necesitaron de «tres meses de preparación», aseguraba la diseñadora y que concluyeron con una ovación cerrada. Porque al final eso es la alta costura, un sueño de meses materializado en apenas unos minutos.