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Mila Ximénez. Archivo

Fallece Mila Ximénez a los 69 años, víctima de un cáncer de pulmón

La periodista del corazón, colaboradora en 'Sálvame' y en la revista 'Lecturas', enfermó hace un año

Joaquina dueñas

Madrid

Miércoles, 23 de junio 2021, 13:26

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El 16 de junio de 2020, la propia Mila Ximénez anunciaba en 'Sálvame' que sufría cáncer de pulmón. Poco más de un año después, la colaboradora televisiva no ha podido superar la enfermedad y fallecía en casa acompañada de sus hermanos, su cuñada y su hija Alba, que no se han separado de ella en los últimos días. Rodeada de amor, así se ha ido la sevillana, de 69 años, que durante todo este tiempo ha recibido siempre el apoyo incondicional de sus compañeros y amigos entre los que se encuentran Belén Rodríguez, el estilista Pablo Mallavia, Jorge Javier Vázquez, Belén Esteban, Kiko Hernández o Raúl Prieto, director de 'Viva la vida' o la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada. La noticia encontraba en directo a sus compañeros de crónica social de AR, que con los ojos empañados se despedían de ella al término del programa.

Enérgica, fuerte, volcánica, brava, valiente, impulsiva, empezaban a sonar los calificativos. Mila Ximénez ha sido en los últimos años uno de los pilares del programa vespertino en el que colaboraba. «Generosa y entrañable», la describía precisamente Joaquín Prat en los primeros instantes mientras que Sonsoles Ónega, conductora de 'Ya es Mediodía' arrancaba el suyo con un emotivo recuerdo para la periodista: «Deja un vacío tremendo», decía. Uno de los primeros en manifestarse en sus redes sociales, su gran amigo Jorge Javier Vázquez que publicaba una foto con ella con una sonriente Mila: «El viaje es infinito. Siempre juntos, Mila», escribía el presentador.

Ana Rosa Quintana le dedicaba también unas bonitas palabras: «A mí me encantan las mujeres con carácter y con personalidad que se echan la vida a la espalda y tiran para adelante. Lo ha vivido absolutamente todo». Pablo Alborán también se sumaba a su recuerdo con una imagen con ella sonriendo y mientras recibía un beso de él: «Mila, no dejaré nunca de cantarte. Gracias por tus sonrisas y tus buenas energías. Así te voy a recordar siempre. Un beso enorme a toda la familia», decía el cantante en su Instagram.

Precisamente era su música la elegida por la que fue su casa durante sus últimos 12 años, 'Sávame', para hacerle un sentido homenaje. Ayer por la tarde no estaba prevista la emisión del programa, en su lugar estaba previsto un especial sobre la Eurocopa. Sin embargo, sus compañeros no podían faltar en una momento tan especial. María Patiño, Lidia Lozano, Alonso Caparrós, Belén Esteban, Belén Rodríguez, Gema Hernández, Rafa Mora y Jesús Manuel, con Jorge Javier al frente, se esforzaban por retener las lágrimas al inicio del espacio en el que participaron telefónicamente Eugenia Martínez de Irujo y Lolita Flores, amigas de la periodista. Ambas destacaron su rutilante fuerza y coraje, pero también su tan característica «mala leche». «Ella se bebió la vida», la recordaba la cantante y actriz que lamentaba que «esta es la única batalla que ella ha perdido porque todas las demás las ganó».

Avanzada la tarde llegaba Kiko Hernández que se fundió en un emotivo abrazo con el presentador. Hernández contó que Alba le había transmitido un mensaje de parte de su madre: «Nos va a cuidar desde el cielo y nos hará señales para que sepamos que sigue pendiente de nosotros», contaba y bromeaba diciendo «que no nos las haga de noche porque nos cagamos». Como la vida misma, la despedida de Mila en televisión estuvo repleta de lágrimas y de risas con sus recuerdos.

En la capilla del tanatorio de la M-30 se ofició una misa a cargo del padre Ángel, también amigo suyo. Antes, el sacerdote destacaba que se había ido tranquila y que subrayaba su fuerza y su solidaridad. Una ceremonia a la que asistieron, además de la familia, muchos de sus amigos, como Marta López, Miguel Frigenti, Antonio Rossi, Carmen Borrego o su madre, María Teresa Campos que se mostraba muy triste y apenas pudo articular unas pocas palabras para lamentar que «la vida da golpes terribles».

Este jueves será incinerará en el cementerio de La Almudena, por expreso deseo de la periodista que, según ha trascendido, tuvo oportunidad de establecer sus últimas voluntades entre las que estaba que fuera su hija quien se quedara con sus cenizas.

Con una imagen de mujer segura de sí misma todos coincidieron en destacar su faceta más sensible y divertida. Tuvo una vida repleta de luces y sombras que nunca trató de ocultar. Ella misma así lo reconocía: «Mi vida ha estado marcada por picos muy altos y muy bajos». Y tanto en unos como en los otros, una de las principales protagonistas era su hija, Alba Santana, fruto de su relación con el laureado tenista Manolo Santana. «Es la serenidad más absoluta», decía de ella emocionada. «Es el soporte afectivo más importante que tengo», reconocía.

Uno de los peores momentos fue cuando decidió dejarla a vivir con su padre después de su separación. «El padre le iba a dar estabilidad y yo no sabía dónde iba a vivir, no podía llevarla de un lado a otro», confesaba. «Fue el acto más duro y el que hice con más amor», contaba en su intervención en el programa de 'La Caja', donde hizo un recorrido por su trayectoria vital. Y así se lo reconoció públicamente Alba, que además de apoyarla en sus participaciones en concursos de televisión como 'Supervivientes', afirmó en una entrevista a la revista Hola que «mi madre me ofreció la mayor prueba de amor: renunció a mí para que yo tuviera un futuro».

Escapadas para ver a sus nietos

Antes de ser comentarista de la crónica social fue protagonista de la misma en los años 80 como miembro de la jet-set marbellí. Aunque en los últimos años la relación con Manolo Santana pasaba por uno de sus peores momentos, hubo un tiempo, incluso después de la separación, en que no había sido así. Tanto que Mila llegaba a asegurar que «viví con Manolo una vida maravillosa. Ha sido la época más feliz de mi vida». La periodista y el tenista fueron la pareja de moda. Se casaron en 1983 y se instalaron en Marbella, donde vivieron los años dorados de la ciudad. Por entonces ella era conocida como Mila Santana, pero con su separación en 1987 llegaron momentos complicados. Pasó de viajar en jet privado y conocer a los Kennedy a «dormir en un coche», según contaba y luchó «a muerte» por recuperar su nombre. Algo que consiguió de sobras.

Además de Santana, otros hombres marcaron su vida. Entre ellos, José Sacristán. «Es un hombre al que yo tengo un gran cariño. Mantuve una relación con él, pero nuca nos llegamos a plantear un futuro», contaba en la revista Semana. Los empresarios Antonio Arribas o Rafael Aguilera también la acompañaron durante una parte de su vida. Especialmente Aguilar, con quien siguió en contacto hasta la muerte de él en 2018. Más polémica fue su relación con el controvertido abogado Emilio Rodríguez Menéndez, un Rodríguez Menéndez que años después hacía graves acusaciones públicas sobre ella. Sin embargo, también supo dar carpetazo a ese episodio y reponerse con el apoyo de los suyos.

En los últimos años, antes de ser diagnosticada de cáncer, el trabajo y sus escapadas a Ámsterdam para disfrutar de sus nietos centraban su vida. «Me queda la alegría de saber que los últimos 15 años de su vida han sido espectaculares», confirmaba Jorge Javier Vázquez.

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