Baño tibio, jabón vegetal, leche templada y cuentos, la rutina nocturna «innegociable» de los hijos de Kate Middleton

La hora de ir a dormir es todo un ritual en casa de los príncipes de Gales. «Siempre mantuvimos una estructura familiar: un baño tibio, juegos tranquilos, cuentos y luego a la cama. Fue diseñado para ayudarlos a relajarse lentamente. La rutina era siempre la misma, sin importar lo que hubiera sucedido durante el día», ha explicado. Un proceso «innegociable» para volver a la calma al final de la jornada que también tiene en cuenta el cuidado de la piel de los niños: «Nunca usamos productos agresivos ni nada con fragancias fuertes. Sus rutinas para la piel eran realmente sencillas, muy naturales. Sin químicos ni complicaciones. Solo agua tibia, un paño suave y jabón vegetal», ha detallado.

Además, George, Charlotte y Louis tienen otra norma innegociable: la prohibición de tecnologías antes de acostarse. «No había tiempo para ver pantallas por las noches porque se trataba de bajar el ritmo», ha señalado Redgrave, que también ha apuntado al periódico inglés que «a George le gustaba construir con bloques después de bañarse, mientras que Charlotte prefería leer tranquilamente y Louis a menudo se acurrucaba con un juguete de peluche».

La niñera ha recordado cómo conocerlos «en esas tranquilas horas de la noche», «cuando están más relajados», era cuando podía comprobar cómo son realmente: «Educados, juguetones y llenos de personalidad», ha descrito.

Redgrave cuidó a los pequeños príncipes durante sus primeros años de vida y ha retratado estas rutinas hogareñas que, además de ayudar a los niños a dormir, se convertían en un momento de desconexión del mundo exterior y de unión emocional para una familia cargada de responsabilidades públicas. «Aproximadamente una hora antes de apagar las luces, Charlotte, Louis y el príncipe George tomaban una taza de leche tibia, nunca fría, y, a veces, una rodaja de plátano o la mitad de un pastel de arroz», ha detallado. «Había abrazos, libros, alguna que otra risita. Era maravillosamente normal«, ha reflexionado.

Los príncipes de Gales son especialmente cuidadosos con la educación y la protección de sus hijos. La infancia del hijo del rey Carlos estuvo marcada por los escándalos protagonizados por sus padres y por la trágica muerte de su madre, la princesa Diana. Para sus tres hijos ha buscado una crianza respetuosa y natural, alejada en lo posible de la exposición pública, algo que pudimos comprobar de primera mano tras el diagnóstico de cáncer de la princesa Kate hace casi año y medio.

El heredero y su esposa se empeñaron en proteger a sus hijos y en volcarse en la familia durante el tratamiento de la princesa, algo que decidieron mantener tras el anuncio de que la enfermedad estaba en remisión, dejando en un segundo plano las obligaciones institucionales. En este sentido, no acudieron a la tradicional misa del Domingo de Pascua y Kate no ha viajado con su marido al funeral del Papa Francisco. Una clara muestra del cambio de prioridades en el Palacio de Kensington, en el que el bienestar físico y emocional de la familia es fundamental.

En este sentido, la princesa de Gales está volviendo paulatinamente al trabajo, participando en actos puntuales que se caracterizan por su gran relevancia institucional o por tener una carga social alineada con sus valores.