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Miguel Ángel Revilla inicia su tercera legislatura como presidente de Cantabria.

Huracán Revilla: cómo llegar a un tercer mandato sin jamás ganar unas elecciones

De los viajes a La Moncloa cargado de anchoas y sus ‘shows’ televisivos quedan mil anécdotas y mucha osadía.

irma cuesta

Sábado, 1 de agosto 2015, 01:19

Es casi imposible que, a estas alturas, haya alguien en este país que no sepa que a Miguel Ángel Revilla (Polaciones, 1943) le pierden los ... micrófonos. Con «el Rey me ha dicho que la actitud de Mas es irreconducible» aún coleando, el recién elegido presidente de Cantabria ha dejado claro que cuatro años en la retaguardia política de la oposición no le han cambiado. El hombre que pasó de ser un dirigente de provincia (pequeña) a un personaje de fama nacional, gracias a sus viajes en taxi cargado de latas de anchoas a La Moncloa y a sus incursiones televisivas, es capaz de levantar simpatías con la misma facilidad con la que gana detractores. Pero nadie, ni siquiera sus más enconados enemigos, se atreven a cuestionar que el joven que fundó el Partido Regionalista de Cantabria (PRC) en 1978, a golpe de entusiasmo, es un animal político.

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