«Mi supuesta relación con el Rey es falsa»

Por fin lo cuenta. ¿Cuánto hay de rumor y cuánto de verdad?

Como dicen los escritores: el que quiera saber algo que compre el libro (risas).

En sus páginas niega tajantemente la «leyenda urbana» que los relacionaba. «Cualquiera de mi entorno o que me conozca un poco sabe que es absolutamente falso y carente de sentido», zanja en su biografía explicando que nunca le ha querido dar mayor importancia al tema. «Mi relación con Sus Majestades se reduce a algunas audiencias y a visitas a los musicales que yo he protagonizado y a los que ellos, sobre todo la Reina, han querido asistir. Aún conservo una foto dedicada que el Rey me hizo llegar al teatro Monumental a raíz de acudir a la representación de Evita».

Parece que el malentendido viene porque usted tiene otro Rey en su vida...

Siempre he tenido muy cerca de mí una persona que se llama Rey de apellido. ¡Y tengo muchos Reyes Magos alrededor!

¿El empresario Claudio Rey, Capi, ha sido el hombre de su vida? Con él ha estado varias décadas aunque ahora son amigos...

He tenido en mi vida hombres muy importantes. Ha sido uno de mis grandes amores.

O sea del «Juntos, amor para dos» nada. Parece que no ha conseguido el amor para toda la vida...

¿Y eso quién lo dice? Yo tengo a mi alrededor amores eternos, inmortales. Hace mucho deseché el concepto de amor que solo se reduce al concepto de pareja. Ahora mi hombre favorito es Neo, que tiene 15 años y es mi nieto.

Usted no tiene espejos en su casa, pero este libro habrá sido un gran reflejo...

Sí, es un espejo maravilloso. A veces te miras y te devuelve la imagen de una desconocida, porque muchas veces no sabes quién eres hasta que no te paras y creas un diálogo un poco equidistante con una persona que eres tú misma. Mirar hacia atrás es necesario.

¿Qué queda de esa niña que bailaba bajo la lluvia?

Queda mucho. Por suerte la mayor parte permanece intacto; he conseguido no matarla y que no me la maten. Eso es lo que me ha hecho hacer tantas cosas, la ilusión por lo nuevo, por lo desconocido, por creer en ti....

Era una madre sin ingresos que vendía enciclopedias antes de dar el salto a la canción. ¿Se ha considerado mala madre por las ausencias? ¿Su hija se las ha reprochado?

No, en absoluto. Pero en una etapa en la que tienes que sacar adelante a tu familia y encima con esta profesión hay muchas ausencias. Yo tenía la suerte de tener a mis padres y a mi hermano viviendo conmigo, con lo que Ivana nunca estuvo abandonada; al contrario. Pero sí tenía a veces la falta de su madre y eso es algo que las dos hemos sentido, sufrido y que hemos recuperado con el tiempo.

¿Qué cambiaría de su biografía?

A lo mejor hubiera dejado mi profesión a un lado por mi vida familiar. Aunque eso es difícil en un trabajo como el mío.

¿Qué nota le pone a su vida?

Odio puntuar, por eso no me gustan ni los concursos (risas). Si miro para atrás es un buen recorrido, hay muchas cosas estupendas y, sin caer en el narcisismo innecesario, estoy bien dentro de mi piel. Estoy orgullosa de cómo he salido adelante y de cómo he enfocado mi trabajo y mi vida.

Parece que nunca ha dejado de tener los pies sobre la tierra...

A pesar de ser paloma yo siempre he intentado tener un vuelo rasante y tengo los pies donde los tengo que tener. Intento estar separada de todo lo que podría significar tener un nombre como el mío y una vida popular como la que he tenido.

¿Tiene pagada la luz y el agua como dice María Teresa Campos?

Tengo pagada la luz y el agua, pero cada vez la suben más, así que no sé lo que me va a durar... También tienes familia y ayudas a gente. Estoy en una etapa en la que intento aligerar mi equipaje y quiero ver si consigo reducirme a una casa y se acabó. Quiero menos recibos y menos tarjetas (risas). Sí pago unas cuentas tremendas de teléfono porque necesito saber a diario de mis nietos y mi hija (viven en EE UU). Llevo muy mal ser abuela al otro lado del océano.

¿Ha sido muy hormiguita?

Sí. Tengo un patrimonio estupendo, aunque no como el de los de las tarjetas negras (risas). Con él creo que puedo vivir tranquilamente y dignamente... por lo menos durante un tiempo.

Su papel de Evita ha sido uno de los más reconocidos. Viendo el país, ¿no le dan ganas de meterse en política?

Ninguna. Es un terreno pantanoso y no le veo mucho interés teniendo en cuenta los partidos que hay. Creo que no es una revolución lo que necesitamos, sino una absoluta regeneración desde dentro, desde el interior.

Dice que la crisis también le ha afectado «como a todos», en especial por «el golpe» del 21% al IVA cultural. ¿Qué les diría a Montoro y a Rajoy?

No tiene sitio para poner todo lo que yo les diría (risas). Podría ocupar casi como una enciclopedia.

Ha salido estos días la encuesta del CIS y sale muy reforzado Pablo Iglesias. ¿Lo votaría?

No. De todo ese espectro, la única formación y líder que me gusta es Albert Rivera, de Ciudadanos. Veo que es joven, que está nuevo, que no tiene equipaje, pero que es moderado y, al mismo tiempo, muy valiente.

Isabel Pantoja a punto de entrar en la cárcel...

A mí me da mucha pena. La justicia tiene que ser igual para todos. Hay personas que entran en la cárcel y nadie lo sabe, y a otras a las que les sacan la fotografía. Y creo que hay gente que a lo mejor también tendría que estar en la cárcel y que están paseándose. Cuando ves que hay distintas formas de tratar a los ciudadanos la fe en la justicia a veces se tambalea.

De una Isabel a otra. ¿Tiene usted un pacto con el diablo como Isabel Preysler?

Nooo, yo creo que tenemos un diablo distinto.

¿Y se volvería a retocar?

Ya me retoqué hace mucho y no se me ha pasado ni por la cabeza ahora. Estoy encantada y lo que quiero es seguir reconociéndome cada día en cada arruga y en cada nueva señal del paso del tiempo.

¿Cómo se mantiene así?

Mi gran secreto es vivir de la mejor anera posible, ser buena gente y meterme mucho en el océano Atlántico.

Aunque deja en diciembre la canción, prepara su primera novela. ¿A por el premio Planeta?

No, yo con el planeta Tierra ya tengo bastante. He cambiado de fiesta. Me he ido de una para irme a otra.