La dieta del ‘yogurín’

Las celebrities adictas a la carne fresca, una tendencia hasta ahora tan masculina, han sido bautizadas como cougar, mujeres puma tal y como indica su traducción. «Predadoras» que se lanzan a la caza de jovencitos y que comparten un mismo perfil: «Suelen ser de clase alta, superan la cuarentena y han estado casadas previamente», detalla el sociólogo Javier Elzo. Demi Moore, que ya ha cumplido los 51, cumple los requisitos punto por punto. Cinco años después de separse de Bruce Willis, comenzó una relación con su compañero de profesión Ashton Kutcher, a quien le sacaba quince. Cuando se refieren a ella como una cougar, la protagonista de Ghost tuerce la nariz en un gesto de desaprobación. «De verdad que odio esa expresión. Se ha convertido en algo desagradable», admitía cuando aún salía con uno de los hermanos de Dos hombres y medio.

Sin quererlo, Demi se convirtió en la abanderada del grupo. También en una de las más afortunadas al conseguir prolongar su relación durante casi una década. Por lo general, los toy boy chicos juguete, así se les conoce a ellos no son para largo. «Suelen durar cuatro o cinco años, porque la presión ambiental en contra de maneter el vínculo es muy fuerte», explica Antoni Bolinches, psicólogo clínico y terapeuta de pareja.

A las pruebas nos remitimos cuando ponemos por caso el de Cayetana de Alba (88) y Alfonso Díez (64). Como en los mejores relatos, la pareja tuvo que luchar contra viento y marea y la duquesa repatir parte de su fortuna unos 3.000 millones de euros entre sus hijos para que el romance llegase a buen puerto. No es que Alfonso sea precisamente un yogurín, pero para cuando él nació la aristócrata española ya había matrimoniado con su primer marido, Luis Martínez de Irujo. Muchos fueron los que acusaron al funcionario palentino de aprovecharse de la edad y la hacienda de la duquesa. Cuando se casaron en 2011, ella era octogenaria. Solo el tiempo ha acabado exculpando a Alfonso, que ha demostrado estar en todo momento al lado de su esposa.

Miedo a que les cambien

Porque, efectivamente, que la mujer sea mayor sigue sin mirándose con sospecha o sorna. «Son residuos de una sociedad patriarcal, en la que quien lleva las riendas de la familia es el hombre maduro con una cierta cultura», apunta Elzo. Si no, que se lo pregunten a la directora de 50 Sombras de Grey, el próximo taquillazo cinematográfico. Sam Taylor-Wood, de 47 años, conoció a Aaron Taylor-Johnson, de 24, en el rodaje de Nowhere Boy en 2009, cuando el actor acababa de cumplir la mayoría de edad. Se enamoraron, tuvieron una hija, se casaron y volvieron a ser padres. Un lustro después siguen juntos, lo que no les libra de los comentarios. «Con la cantidad de hombres que conozco que se llevan los mismos años con sus mujeres y nadie habla de ello. Es completamente sexista», se quejaba la realizadora en una entrevista para Hapers Bazaar.

El machismo no es la única pega que surge con el combo cougar-toy boy. Estas relaciones tienen, como señala Bolinches, consecuencias «ambivalentes». Por un lado, «apuntala el autoestima de la mujer», quien vuelve a sentirse apetecible y encuentra a alguien capaz de seguir el ritmo de su sexualidad. Pero también conlleva vivir con cierta incertidumbre. «Desde el primer momento que empiezan a disfrutarlo empiezan también a sufrirlo. Les entra el miedo de que las cambien por otra más joven», añade el psicólogo.

La verdad es que en el mundo real no es lo más frecuente, pero entre las celebrities estas parejas comienzan a ser habituales. Entre las famosas patrias se encuentran algunas como Susana Uribarri (49 años)y Darek(34) tres años juntos, Alaska (51) y Mario Vaquerizo (40) casados desde hace quince o la wakapareja formada por Shakira (37) y Gerard Piqué (27). En Hollywood, las revistas se desviven por algunos como Cameron Díaz (41) y el cantante Benji Madden (35), Courteney Cox (50) la eterna Mónica en Friends y el músico Johnny McDaid (38)se casan a final de año o Mariah Carey (44) y Nick Cannon (33) se dieron el sí quiero hace cinco años y tienen gemelos.

¿Pero por qué este tipo de noviazgos se da más entre las estrellas?«Precisamente por eso, por su estatus. La mujer famosa despierta un enamoramiento admirativo. Se convierte en una ventaja funcional porque su compañía contribuye al ego y al propio éxito del hombre. Además, suele estar bien cuidada y aún mantiene su atractivo erótico», desgrana Bolinches.

Y aunque los hay interesados, otros solo buscan el amor. «Una de las mejores cosas que tengo en mi vida es la relación con mi mujer», proclama Hugh Jackman cada vez que tiene ocasión. El hombre más sexy del planeta es 13 años menor que su mujer, Deborra-Lee Furness. Ella no es conocida aquí, pero sí lo es en Australia, donde trabaja como actriz, directora y productora. Hace solo unos meses que celebraron su decimoctavo aniversario y están cansados de las habladurías. Sobre todo ella: «¡Esta historia de la edad! Hay que decir que Hugh es mucho más maduro que yo, por lo que eso compensa», zanja la intérprete de 58 años.

Cougars por la igualdad

Más allá de la frivolidad, la proliferación de las cougar puede entenderse como parte del camino hacia la igualdad de género. Cuenta el sociólogo Javier Elzo que l proceso comenzó con la aparición de las sufragistas y de ciertos derechos como la posibilidad de comprar propiedades o de firmar un cheque. Pero la madre de los cambios llegó con la invención de la píldora anticonceptiva. «Por primera vez en la historia de la humanidad, la mujer es dueña de la reproducción. Así, la relación de dominación se va compensando», apunta el sociólogo. Todos estos cambios han llevado a que cada vez sean más las que se apunten al carro del toy boy. Y sin avergonzarse de ello. «De pronto, las mujeres con una condición sociológica y una cultura determinada se dicen: Si un hombre se va con mujeres más jóvenes, ¿por qué no lo voy a hacer yo?».

Pero, ¿son convenientes estos saltos de edad? A Bolinches no se lo parece. «La personas maduras eligen a las que les gustan del grupo de las que les convienen. Han de relacionarse las aspiraciones y las posibilidades de ambas partes. Si se dan cuenta de que un chico joven es un riesgo demasiado elevado para que la relación resulte enriquecedora, reconducirán sus apetencias hacia sujetos eróticos más adecuados». Aún así, el terapeuta augura que esta tendencia seguirá en alza: hay más mujeres con poder adquisitivo y prestigio y menos prejuicios sociales. Sin embargo, el futuro no se presenta alagüeño:«Cada vez habrá más, pero cada vez durarán menos».