Familia y rap para sobrevivir en 'La ciudad de las fieras'

En la película Tato, 17 años, es un huérfano sin rumbo y un joven amante del rap que sobrevive como puede en una favela. Como explicó Rincón, las batallas callejeras de improvisación se han convertido «en el arma que muchos jóvenes han encontrado para combatir la violencia». Y Bryan Córdoba, Tato en la ficción, lo corrobora: «La música es un escape de la realidad, encontrarse con uno mismo y ser lo que realmente uno quiere ser». Él es un joven artista de free style que jamás había actuado frente a las cámaras, y esta ha sido -asegura- una experiencia «única» que le ha hecho «ampliar la mente».

Su personaje se apoya en sus amigos para seguir adelante, pero un altercado con un pandillero del barrio le obliga a huir. Su única opción es buscar a un abuelo al que jamás ha visto y que se gana la vida en el campo como floricultor. «Dos generaciones, dos modos de vida y una continua sensación de pérdida, muerte y soledad marcan la vida de Tato en su lucha por sobrevivir y encontrar su propia identidad», se lee en la sinopsis.

Para Oscar Atehortúa, el abuelo, también era su primera experiencia en el cine. Todo un descubrimiento. Su nombre en el filme es un homenaje del director a su propio abuelo Octavio Orozco Zapata. «Esta historia es una conversación pendiente que tengo con mi abuelo, que murió en 2009. Ese fue el inicio de querer escribir esta historia y generar ese diálogo entre dos generaciones que parecen tan distantes pero a las que une la familia, el amor, la identidad y el origen». Eso, unido a sus propias vivencias de adolescente, hace de 'La ciudad de las fieras' una película «muy sentida y con una gran carga emocional».

El rap del joven se contrapone a la música nostálgica y tradicional que canta el anciano, pero ambos se acaban entendiendo y conviriténdose uno en el «héroe» del otro. «Tato en un mundo tan adverso con todo en contra termina tomando una decisión totalmente diferente a la violencia, irse a un lugar de calma y tranquilidad para encontrar el verdadero significado de lo que es la familia: las personas de sangre y las que tú escoges como familia», resume el director.

La película busca «sacudir» al espectador. «Puede llegar a ser incómoda porque contamos las verdades de uno como ciudadano de acá que no se pueden ocultar. Invita al diálogo, a generar un cambio».