Críticas de 'Tratamos demasiado bien a las mujeres' y 'Radical': de la novia ensangrentada Carmen Machi a otra rebelión en las aulas

La primera ópera prima del Festival de Málaga tenía en realidad a una veterana como debutante, Clara Bilbao, diseñadora de vestuario que está vez se ha lanzado a diseñar la película entera. Y desde luego no le falta estilo y originalidad a 'Tratamos demasiado bien a las mujeres' que, pese al título, no va de los debates de igualdad de los tiempos actuales –eso ya lo hizo el sábado el hipster de Martínez Lázaro–, sino de la guerra civil o, más bien, de un epílogo del conflicto. De un comando de milicianos que escapan a Francia tras un fracasado intento de reconquistar la patria una vez perdida la contienda. Un relato muy negro que viene a ser como un cruce entre 'Predator' y los 'Malditos bastardos' taratinianos. Solo que aquí el bicho es una Carmen Machi con fecha de boda y fiel creyente del régimen franquista, que se transforma en una enemiga más peligrosa que cualquier ejército. Un monstruo con forma de novia ensangrentada para estos soldados que tienen la mala fortuna de asaltar su remoto y frío pueblo en su huida.

Desde luego hay negrura y melancolía en esta adaptación del libro del francés Raymond Queneau, pero también comedia, drama, absurdo, surrealismo y fantasía en una arriesgada trama con una formidable puesta en escena que, no obstante, acaba resultando una gran ensalada de géneros e influencias que intenta ocultar tras su toque canalla y transgresor un relato disperso que pierde fuerza y no termina de encajar sus piezas. Además de Machi postulándose a la Biznaga de a la mejor actriz, un experimentado reparto reúne a Antonio de la Torre, Luis Tosar, Julián Villagran, Gonzalo de Castro y, sobre todo, un Óscar Ladoire filosóficamente intachable.

La otra propuesta dominical nos llevó a un colegio de una zona pobre y marginal de México, Matamoros, con 'Radical', una historia basada en hechos reales y que no pierde el tonillo a 'tv movie' de esas películas de profesores que conquistan a sus alumnos con sus métodos revolucionarios, pero que consigue remontar con un relato poderoso que apela directamente a la inteligencia emocional de los espectadores. Premio del público en Sundance y taquillazo en su país, la cinta de Christopher Zalla tiene un planteamiento parecido al de la reciente película española 'El maestro que prometió el mar' al componer una bella y optimista película que tiene la habilidad de no caer en lo Disney ni blanquear la realidad violenta y la corrupción de un país y un sistema educativo deficiente. Eso de tener niños con encanto en el reparto siempre genera empatía –el peso recae en Jennifer Trejo y Danilo Guardiola, aunque el personaje de Mia Fernanda Solis, una pequeña que hace de madre de sus hermanos, tiene un carga de profundidad tremenda–, a lo que esta reivindicación de la enseñanza une ese profesor quijotesco encarnado con pasión por el actor mexicano con un pie en Hollywood, Eugenio Derbez, al que le secunda un brillante y bonachón Sancho Panza al que da vida Daniel Haddad.