Las críticas: Bocas cerradas

Sin estridencias ni grandes giros de guión, la cámara en mano introduce al espectador en la casa de esta familia para acompañar cada duda, el peso de cada decisión, como parte de una transformación que a su vez implica una ruptura, dolorosa pero también liberadora, con la tiránica idea sobre la maternidad que han mamado los personajes. Una extraordinaria dirección de actores, con una sobresaliente Daniella Valenciano como rostro principal de esta historia feminista y deliciosa que se recrea en los matices y en el simbolismo de los detalles, y una redonda secuencia final, sobria pero rotunda, completan las virtudes de este largometraje, postulado ya como uno de los favoritos para alzarse con la Biznaga de Oro en el apartado de mejor película latinoamericana.

De vuelta a España, Dani de la Orden firma un drama generacional con tintes cómicos en 'Litus', que excava en la pérdida y la culpa. La oscuridad temática, con un suicidio como arranque, contrasta con la estética publicitaria, que resta fuerza y verosimilitud a la historia, con colores de revista y, como decorado, un pisazo inasequible para la mayoría de 'millennials'. Un distanciado grupo de amigos se reúne para rendir homenaje póstumo a uno de sus miembros, punto de partida que permite reflexionar sobre la dificultad de despedirse de alguien querido, pero también sobre la resistencia a madurar y el egocentrismo de los treintañeros atrapados por el síndrome de Peter Pan.

Basada en la obra de teatro homónima de Marta Buchaca, y bajo la influencia confesa de la magnífica 'Los amigos de Peter', de Kenneth Branagh, 'Litus' supone el regreso al intimismo de De la Orden tras la taquillera y estereotipada 'El mejor verano de mi vida'. Pese a que el resultado final deja buenas sensaciones, hay varios puntos chirriantes en esta oda a la reconstrucción de las relaciones tras la pérdida. El ejemplo más impactante es la banda sonora, utilizada con torpeza para subrayar el dramatismo hasta convertirla en un elemento molesto durante el metraje, una redundancia que nunca llega a estar a la altura de Iván Ferreiro, uno de sus autores. La solvencia del elenco protagonista, con un inspirado Quim Gutiérrez que levanta un monólogo memorable y Adrián Lastra brillando en los momentos más cómicos, además de una siempre convincente y poliédrica Belén Cuesta, y la fuerza del guión, salvo por algunos episodios que resbalan en su propio almíbar, elevan una película que, sin embargo, podría haber volado mucho más alto.

Los primeros bostezos de la cuarta jornada de la sección oficial llegaron con 'Vigilia en agosto', que relata los días previos a una boda en una pequeña ciudad de Argentina. Magda, la protagonista, descubre el reverso tenebroso de su futuro marido y se debate entre destapar el pastel o seguir adelante con su relación. El planteamiento, de antemano interesante, se precipita en una narración soporífera que únicamente funciona como retrato, casi parodia, de los rumores entre dientes, los chismorreos que sobrevuelan cada noticia familiar. Luis María Mercado, con amplia experiencia teatral, debuta con traspié en el largometraje, aunque de momento no mancha el notable nivel de las películas a concurso esta edición.

(**** Excelente *** Buena ** Entretenida * Regular O Mala)