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El viaje musical de Chambao: entre momentos íntimos y festivos
El Auditorio Municipal de Cortijo de Torres vibró con un concierto del grupo malagueño, que llenó la noche de la misma energía que los ha acompañado durante más de dos décadas
Adri Revilla
Jueves, 21 de agosto 2025, 07:47
En pleno ecuador de la Feria de Málaga, el Auditorio Municipal Cortijo de Torres reunió a cientos de personas en una noche marcada por el ... regreso de Chambao a su ciudad. El grupo malagueño, creador de ese estilo único conocido como flamenco chill, volvió a demostrar que su música mantiene la misma fuerza y frescura con la que conquistó escenarios hace más de veinte años.
La velada comenzó con Ginés González como telonero. Su actuación, sencilla y cercana, fue una buena manera de abrir boca: una voz que mezcló sentimiento y fuerza, con la que consiguió meterse al público en el bolsillo y preparar el ambiente para el plato fuerte de la noche.
En su repertorio no pudieron faltar 'Octava Maravilla', 'Colaito por ti', o 'Loca de Remate', entre otras. Temas cargado de matices personales, fueron recibidos con atención por un auditorio que, aunque esperaba con ganas la aparición de Lamari, supo reconocer la autenticidad de un artista emergente que pisa cada vez más fuerte en el panorama musical.
Siempre con la mirada en el pasado, sus primeros pasos, como es el programa musical de La Voz, haciendo guiño a esos años, con la canción de Rosario Flores de 'Algo contigo'. También se mostró orgulloso de conseguir aquel show, algo que de siempre había querido: « Esto era un sueño desde pequeño».
Cuando salió Lamari, la conexión fue inmediata. Málaga la recibió con un aplauso largo y cálido, de esos que no son solo ovación, sino también agradecimiento. Los primeros acordes bastaron para que todo el auditorio empezara a corear canciones que ya forman parte de la memoria colectiva, como 'Pokito a poko' o 'Ahí estás tú'.
El resultado fue un recorrido musical que osciló entre momentos íntimos y otros más festivos, siempre con un público entregado, que bailaba, aplaudía y, a ratos, guardaba silencio absoluto para dejarse llevar por la atmósfera. En esos silencios se percibía el respeto hacia una artista.
El ambiente en el auditorio era variado, con familias, grupos de amigos y generaciones distintas unidas por el mismo hilo musical. Algunos padres llevaban a sus hijos pequeños, quizás con la intención de compartir con ellos canciones que marcaron su juventud. Otros, más veteranos, recordaban con nostalgia aquellos años en los que Chambao era banda sonora imprescindible.
El cierre llegó con los clásicos más esperados, coreados por todos. La emoción en el público y en la propia Lamari se palpaba, y la despedida no fue otra cosa que un recordatorio de por qué Chambao sigue siendo un nombre imprescindible de la música andaluza. El flamenco chill, más que un género, se sintió como un estado de ánimo compartido, capaz de envolver a miles de personas en una misma sintonía.
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