El PP busca recuperar la mayoría absoluta frente a una izquierda que aspira al cambio

A sus 80 años, Francisco de la Torre encabeza por sexta vez consecutiva la lista con la que el PP aspira a mantener la segunda Alcaldía en importancia que tiene actualmente en España (la primera es Madrid) y el objetivo es hacerlo con la mayoría absoluta que gozó entre 1999 y 2015. Ese último año, en un contexto marcado por la irrupción de los nuevos partidos, los populares quedaron en minoría y tuvieron que pactar con Ciudadanos en un acuerdo de investidura; cuatro años después los liberales volvieron a tener la llave de la gobernabilidad y se incorporaron al equipo de gobierno del alcalde.

De la Torre se presenta a estas elecciones con el aval de la gestión que ha realizado en los últimos 23 años como alcalde y que han transformado la ciudad desde el punto de vista cultural, turístico y tecnológico. Su figura goza de un gran predicamento y reconocimiento tanto en la ciudad como, especialmente, fuera de ella, aunque también tiene sus detractores, fundamentalmente, en relación a proyectos como las grandes torres o el modelo de ciudad.

La marca personal del alcalde y candidato es una de las bazas que juega el PP para alcanzar la meta de la mayoría absoluta. A ello se une el viento a favor que sopla para las siglas populares a nivel andaluz tras el histórico resultado logrado en las elecciones autonómicas de 2022 y donde la provincia en general y la capital en particular jugaron un papel determinante. El PP maneja encuestas internas que le dan un buen resultado, pero por ello precisamente no las hacen públicas, ya que el principal riesgo que corren es que esa sensación generalizada de que Francisco de la Torre va a ganar pueda desmovilizar a su electorado. Un peligro al que se puede unir el efecto que puedan tener tantos años al frente de la ciudad.

No existe ninguna duda de que ante la más mínima posibilidad que tenga la izquierda de gobernar lo va a hacer ya que han aprendido la lección tras la experiencia de 1995. Daniel Pérez encabeza por segunda vez la candidatura del PSOE y en esta ocasión lo hace con una doble responsabilidad ya que además del aspirante a la Alcaldía es el secretario general de los socialistas en la provincia. Hace cuatro años, Pérez se quedó a un concejal de la mayoría absoluta al sumar los 12 que obtuvo su partido y los tres de Unidas Podemos.

Es a ese escenario al que se agarra el candidato socialista para intentar dar un vuelco en la Casona del Parque y acceder, a sus 43 años –los cumplirá en medio de la campaña el próximo 18 de mayo– a la vara de mando. Para ello se presenta con el aval del trabajo de oposición y de calle realizado durante los últimos cuatro años, donde se ha pateado la ciudad para darse a conocer y presentar su modelo alternativo de ciudad. Además, ha marcado la precampaña enarbolando la bandera del problema de la vivienda (altos precios para el alquiler y la compra en Málaga, el boom de los pisos turísticos o la construcción de grandes torres al altos precios), un asunto que el Gobierno también ha puesto en el centro del debate público. La duda a despejar es ver qué efecto en las urnas tiene este asunto tan sensible y que afecta a miles de personas.

En su carrera a la Alcaldía, el candidato socialista está contando con un amplio respaldo del Gobierno y el PSOE a nivel federal como demuestra el hecho de que hasta en dos ocasiones Pedro Sánchez ha hecho precampaña en la capital y han venido la práctica totalidad de los ministros del ala socialista del Ejecutivo. La incógnita es ver qué consecuencias en las urnas tiene ese apoyo, donde se han enarbolado las medidas de carácter económico, social y laboral aprobadas por el Gobierno. A ello se une que la marca socialista está en horas bajas en Andalucía como quedó patente en los comicios autonómicos del pasado año. Las opciones de que la izquierda gobierne en Málaga pasan ineludiblemente por una alianza del PSOE con la confluencia Con Málaga.

Bajo estas siglas se aglutinan seis partidos (Podemos, IU, Equo-Verdes, Más País, Alianza Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz) que alcanzaron un acuerdo en el último momento antes de presentar las candidaturas al percibir que si iban por separado la fragmentación del voto de ese espacio ideológico podría provocar que no lograran una amplia representación en el Ayuntamiento.

Actualmente, esta confluencia cuenta con tres representantes en la Casona del Parque y el objetivo es aumentar para que los números puedan dar para que haya un vuelco político. Toni Morillas, que ya fue concejal entre 2011 y 2015, es la candidata a la Alcaldía tras un proceso de negociación no exento de tensiones internas. Una aspirante que contará en la campaña con el apoyo de la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz, uno de los grandes valores políticos con los que cuenta actualmente este espacio político.

Ciudadanos en Málaga llega a esta cita con las urnas marcado por unas siglas en caída libre como ha quedado demostrado en las últimas elecciones que se han venido celebrando y después de un mandato donde el grupo municipal liberal se dividió. Y es que de los dos concejales electos en mayo de 2020, Juan Cassá, que había liderado la candidatura a la Alcaldía abandonó el partido y se pasó a los no adscritos, dejando a Noelia Losada como única representante de los naranjas en el Consistorio.

Losada debuta como aspirante a la Alcaldía y lo hace en un escenario complicado. Y es que su buena gestión, reconocida desde diferentes ámbitos, en las áreas de Cultura y Deportes y el distrito de Teatinos se puede ver lastrada por unas siglas devaluadas cara a la ciudadanía y en pleno desplome. Su difícil reto es intentar mantener la representación municipal y seguir siendo, como en los dos últimos mandatos, la llave de la gobernabilidad en la capital.

Entre los partidos que actualmente no tienen representación en el Ayuntamiento y en base a los resultados de las últimas elecciones aparecen dos formaciones. De un lado está Vox, que aspira a lograr representación en la Casona del Parque después de que hace cuatro años no lograra el 5% de votos mínimos. En ese momento se quedaron en las puertas a pesar de que la marca del partido estaba en ascenso. Ahora, con un nuevo candidato, Antonio Alcázar, que sustituye a José Enrique Lara, es una incógnita si lo van a lograr después de que la formación haya perdido su papel de influencia en la política andaluza que tenía en la anterior legislatura autonómica.

Del otro lado, está Adelante Andalucía (el partido de Teresa Rodríguez) que apuesta por el joven Luis Rodrigo como cabeza de lista y que intenta pescar apoyos en el mismo espacio ideológico que la confluencia Con Málaga.

Junto a estos seis partidos hay otra media docena, entre ellos Falange, el PACMA o Alternativa Republicana, que también buscan obtener concejales.