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Barba y al centro

Barba y al centro

Casado mejora los resultados de abril pero nota el aliento de Vox demasiado cerca

Pablo M. Zarracina

MADRID

Domingo, 10 de noviembre 2019, 23:59

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Pablo Casado devuelve al Partido Popular a un resultado electoral digno, propio de uno de los grandes partidos de gobierno. Cierto que para Casado la única alternativa posible a mejorar los apoyos de las elecciones de abril, consistía en prenderse fuego y lanzarse por el balcón de Génova. En las anteriores generales, solo nueve meses después de llegar a la presidencia de su partido, obtuvo los peores resultados de la historia del PP, perdiendo más de la mitad de los escaños y obteniendo solo nueve diputados más que Ciudadanos.

Pablo Casado ha conseguido reconstruir ese desastre sobre todo dejándose barba. También, claro, aprovechando el folletín que protagonizaban en los bancos de enfrente Sánchez e Iglesias. Y controlando los asuntos internos para que Cayetana Álvarez de Toledo no mordiese a Feijoo, pongamos por caso. Y viceversa. Pero la clave ha sido sin duda la barba. La barba de Casado no sirve para parecer mayor, sino para parecer más de centro, que es el lugar en el que en teoría se ganan en este país las elecciones. La suya es en ese aspecto una barba claramente rajoyesca, lo que, sin abandonar el promisorio campo de la politología capilar, también debe entenderse como la frondosa superación del bigote aznarista.

A Casado el viaje de vuelta al centro le ha salido bien, aunque dentro de un orden. El viernes, en el cierre de campaña en una carpa en Las Ventas, el líder del PP habló de una situación de empate técnico con el PSOE y de la posibilidad de ganar las elecciones. Viendo los resultados, y el panorama que dibujan, se entiende que una barba tampoco hace milagros. Casado estará pensando hoy en cómo no ha sido capaz de transformar en más votos el derrumbe de Ciudadanos. Y quizá se arrepiente de haber contribuido con tanto énfasis a transformar a Vox en un partido como otro cualquiera.

A Casado le corresponde ahora liderar la alternativa a Pedro Sánchez en un parlamento de composición endiablada. Tampoco serán tan excelentes unos resultados que te llevan a una situación tan complicada. Quizá lo siguiente que deba hacer el líder del PP, capilarmente hablando, sea dejarse coleta. Lo que yo tampoco sé es cómo se las estarán arreglando los corresponsales extranjeros para explicar todo esto por el mundo, porque no es fácil: «Y entonces Pablo Casado se dejó barba, en gran medida para diferenciarse de Santiago Abascal, que es otro político español que, por supuesto, también lleva barba».

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