Ruiz Espejo: «No podemos estar contentos con el retroceso de la izquierda en Andalucía»
Caras de amargura, ojos vidriosos y gestos de sobrevevenida sorpresa en la sede socialista en Málaga
La tensa espera, la impaciencia se rompía cuando los dirigentes socialistas se dirigían desde sus salas de reuniones a la de prensa, en la que ... por los monitores intervenía Susana Díaz, en Sevilla. Sus rostros lo decían todo. Caras de amargura, ojos vidriosos y gestos de sobrevenida sorpresa. Ya lo expresaba la presidenta de la Junta en funciones, la noche era triste. Con este mismo patrón iniciaba, arropado por los candidatos al Parlamento Andaluz por Málaga, el cabeza de cartel por la provincia José Luis Ruiz Espejo. Sólo faltaba el portavoz socialista en la Diputación y número cinco de la lista, Francisco Conejo, que será uno de los damnificados de la caída estrepitosa del PSOE, aunque este partido haya ganado las elecciones en Málaga, con un 24,2% de los votos. El descalabro en la provincia se ha dejado en el camino dos diputados, ahora sólo les representarán cuatro frente a los seis que obtuvieron en 2015.
Ruiz Espejo se aferraba al guión de su secretaria general andaluza para subrayar, de forma descriptiva que la noche era triste. El cabeza de cartel por Málaga y delegado del Gobierno de la Junta en funciones, se lamentaba de que a pesar de que el PSOE había ganado las elecciones no podían estar contentos por el retroceso de la izquierda y sobre todo por la entrada de la extrema derecha en la política española a través de los escaños en el Parlamento andaluz.
Ruiz Espejo puntualizaba que llegar hasta aquí no había sido una tarea fácil por la fragmentación que se ha dado en el escenario electoral así como por la batalla que se ha librado por Málaga, en la que había dos candidatos a la Junta de Andalucía. Daba las gracias a sus militantes, simpatizantes y votantes y ponía el foco en los resultados de la extrema derecha, por lo que pedía, al igual que Susana Díaz, «toda la responsabilidad de los partidos constitucionalistas para frenar a aquellos que defienden la quiebra de la convivencia», y calcando las palabras de la presidenta en funciones demandaba un «dique de contención para luchar contra la deriva radical de la extrema derecha».
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