«Hay riesgo real de exclusión de muchos ciudadanos que no tienen las capacidades digitales básicas»

–Claramente, porque no están teniendo un acompañamiento en el proceso. Se les está pidiendo que se integren en esto sin unos conocimientos previos.

–¿El riesgo de exclusión digital depende sólo de la edad o también de otros factores?

–No sólo depende de la edad. En la España vaciada encontramos riesgo de exclusión en personas con 50 años. Influye el nivel educativo, si la persona ha estado integrada en la vida laboral, si vive en la ciudad o en el campo...

–¿Por qué son tan reacias muchas personas mayores a entrar en contacto con la tecnología?

–Creo que hay miedo a lo desconocido, hay una parte que es consecuencia de todas las veces que les decimos «No toques aquí», está la información que reciben desde los medios sobre virus informáticos y fraudes... Salir de la zona de confort da miedo.

–¿Todo el mundo puede aprender, aunque no haya tocado un ordenador ni un 'smartphone'?

–Sí. Lo primero que hace falta es tener una motivación. Por ejemplo, las redes sociales les interesan a muchos: WhatsApp es la aplicación estrella. Y hay que enfocar la formación partiendo desde cero, ver cuáles son las necesidades y darle siempre un enfoque positivo. E insistir en que no pasa nada por equivocarse, que no tengan miedo a investigar.

–¿Echa de menos una apuesta estratégica desde la Administración por ayudar a nuestros mayores en esta reconversión?

–Cada vez se va viendo más la necesidad y se van haciendo cosas, pero de manera puntual. Hay talleres impartidos por voluntarios, iniciativas de algunas fundaciones... Pero no hay todavía una apuesta estratégica. Y es necesaria, porque hay un riesgo real de exclusión de muchos ciudadanos.