«Restringir el alquiler turístico no resuelve el problema porque no es la causa, sino un efecto colateral»
El decano del Colegio de Economistas advierte que la oferta hotelera de Málaga es incapaz de absorber todo el turismo que atrae la ciudad
No es ninguna sorpresa que el Colegio de Economistas de Málaga, conocido por su orientación liberal, es alérgico a palabras como «intervención», «restricción» o «prohibición». « ... Si acaso, regular, y con cuidado de que no se vaya la mano», apunta el decano, Manuel Méndez. Situado ante la polémica de los alquileres turísticos, el representante de este colectivo deja clara su postura: «Consideramos que el alquiler vacacional no es la causa del problema de la vivienda en Málaga, sino un efecto colateral de la falta de atractivo y la inseguridad que tiene el alquiler de larga temporada para los propietarios».
Para Méndez, el problema de la vivienda en Málaga es «de oferta y demanda». «Hay muchísima demanda porque viene mucha gente a vivir a Málaga y crece la población. Y como hay poca oferta, el precio sube. Como no podemos ni debemos actuar del lado de la demanda, lo que hay que hacer es actuar en la oferta: más suelo urbano, más viviendas». Y respecto a la vivienda de alquiler, añade, sólo hay una cosa realmente efectiva: cambiar la ley para que el propietario deje de percibir que alquilar su vivienda es un riesgo.
El decano cree que pensar que si se prohibiera el alquiler turístico Málaga sumaría de golpe 12.000 viviendas para arrendamiento residencial es un error. «Podría ocurrir que la gran mayoría de viviendas no se destinaran al alquiler largo plazo por esa percepción de inseguridad que tienen los propietarios», afirma.
Otro motivo que encuentra para no restringir el alquiler vacacional es que la oferta hotelera de Málaga «es incapaz de absorber todo el turismo que atrae la ciudad».
«El mercado es capaz de regularse»
El decano, fiel a su creencia de que el mercado «es capaz de regularse, quizá no a corto plazo, pero sí a largo», se muestra en contra de cualquier medida que restrinja el alquiler turístico. «Puede tener sentido regular; lo que ocurre es que al político se le puede ir la mano y como es un tema candente que genera mucho malestar, acabe interviniendo el mercado. Prohibir, limitar precios, restringir... son medidas cortoplacistas, que a la larga son nefastas para el mercado», opina.
La única regulación que Méndez admite es «marcar los requisitos mínimos que tienen que cumplir las viviendas de superficie, servicios, calidad... una regulación pensada para evitar que haya viviendas de bajo nivel». Se muestra incómodo con los cupos que el Ayuntamiento baraja establecer en zonas saturadas -«Habría que analizar muy bien las zonas concretas»- e incluso con el requisito de que tengan acceso independiente que ha impuesto el Ayuntamiento. «Eso restringiría muchísimo la oferta», apunta.
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