Black Friday: cómo asegurarse de que los descuentos son reales

Tirando del refranero popular: «No es oro todo lo que reluce». Por ello, especialmente en campañas tan atractivas como el Black Friday es cuando hay que extremar las precauciones.

Lo primero a tener en cuenta es que, para que se trata de un descuento real, el precio debe ser menor al que el producto tenían con anterioridad, entendiendo como anterior «el menor que hubiese sido aplicado sobre productos idénticos en los treinta días precedentes», según establece la Ley 7/96, de 15 de enero. Lo recomendable es tantear el precio de los productos con ese mes de antelación para comprobar posteriormente si la disminución en campaña de rebajas es auténtica. Consumo aconseja planificar las compras mediante listas y comparar en distintos establecimientos.

Siguiendo con los precios, la etiqueta del producto debe indicar tanto el original como el rebajado o el porcentaje de la rebaja. Además, el usuario debe informarse de otros aspectos que pueden encarecer el precio final como impuestos, gastos de envío u otros costes adicionales, así como los medios de pago disponibles, las garantías, las condiciones, plazos y procedimiento de devolución.

Los productos rebajados tienen que tener la misma calidad. Consumo recuerda que «la norma no permite que se vendan como rebajados productos defectuosos».

En cuanto a la garantía, tienen la misma que los adquiridos fuera del periodo de descuentos: la mínima legal es de dos años en productos nuevos y de 12 meses en los de segunda mano. Imprescindible exigir y conservar el ticket o factura para realizar cualquier gestión posterior a la compra.

Si la adquisición se efectúa en Internet, Consumo recomienda consultar la Guía para comprar online de forma segura del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe). En la web de la tienda tienen que aparecer los datos de la empresa (razón social, NIF, dirección, teléfono y correo electrónico), bien en los enlaces de 'Aviso legal' y 'Condiciones generales', de lo contrario, Consumo lo tiene claro: «No compre».

Respecto a las devoluciones, la OCU recomienda preguntar sobre la política comercial del establecimiento antes de comprar para saber si se puede cambiar el color, la talla o el modelo y cuál es el plazo para hacerlo. «Si el establecimiento anuncia un plazo para posibles cambios o devoluciones tiene que respetarlo», detalla. Hay tiendas que no devuelven el dinero en metálico sino una tarjeta o vale canjeable durante un periodo determinado de tiempo.

El comercio, sea cual sea su política de devoluciones, sí que estará obligado al reintegro íntegro si el producto está defectuoso o no se ajusta a lo anunciado. En estos casos, «el consumidor tiene derecho a su reparación o sustitución o al reembolso del dinero sin penalización», aclara Consumo.

En la compras a distancia (por internet, teléfono, catálogo, etc.), el consumidor tiene 14 días naturales para devolver el producto sin coste, salvo estas excepciones.