El intrusismo, una competencia desleal y un riesgo para la salud
La autorización U.48 para ejercer este tipo de actividad debe constar en un lugar visible de cada establecimiento, como sello de garantía
El Colegio de Médicos hace mucho hincapié en la importancia para la población, ante cualquier cirugía plástica o bien ante un tratamiento de medicina ... estética, de que se ponga siempre en manos de un facultativo, que es el profesional competente para ello. «Recomendamos siempre informarse de qué médico o médica nos va a atender, preguntar su número de colegiado y, ante la duda, que llamen al Colegio De Médicos para asegurarse de que la persona que va a realizar la cirugía o el tratamiento es médico colegiado», aclara el presidente de la organización colegial, Pedro José Navarro, que pide a la ciudadanía que desconfíe de ofertas llamativas, centros no médicos o publicidades engañosas.
Las clínicas o consultas deben, por ley, disponer de un Número de Identificación del Centro Autorizado (NICA), un código único asignado a los centros sanitarios que han sido autorizados para operar bajo la normativa vigente. Si el centro no dispone de NICA se debe notificar al Colegio de Médicos o bien a la Delegación Territorial de Salud y Consumo, que es el organismo competente.
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El impulso a la Ley Sara, bautizada así en memoria de Sara Gómez, fallecida a los 39 años tras realizarse una lipoescultura a manos de un cirujano que carecía de la especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, es un triste exponente de lo necesario que es ponerse en manos de quien sabe.
Ante la duda, lo ideal es llamar al Colegio de Médicos y solicitar referencias
José María Picó Álvarez, en la directiva de la Sociedad Española de Cirugía Plástica y Reparadora (Secpre), tipifica tres tipos de intrusismo, todos graves: el del médico de medicina general que realiza tratamientos sin conocimientos; el de otros especialistas y el de los cirujanos extranjeros que trabajan en España sin que sus títulos estén homologados.
Acudir a quien no tiene la capacidad o la ética de atender a una persona que requiere un tratamiento estético da lugar, recuerdan estos profesionales, a que haya menores o jóvenes que, sin que sea necesario, se someten a operaciones o técnicas que, en muchos casos, pueden arruinarles la vida.
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